El tema de los seguros
Para rodar en circuito es obligatorio disponer de un seguro de asistencia sanitaria. Éste puede conseguirse a través de una entidad privada o bien mediante la federación motociclista de nuestra Comunidad Autónoma. En caso de no estar federados, la empresa que organiza la rodada se encargará de gestionarnos ellos el seguro. Esta es la razón por la cual, cuando nos apuntamos a una rodada, nos solicitan datos como la fecha de nacimiento, el DNI o el lugar de residencia.

En este aspecto, al igual que en los mencionados anteriormente, se puede ver la profesionalidad de cada empresa. Circuitos como el de Albacete, por ejemplo, ofrecen un seguro propio con un coste aproximado de 25€ por día que no dispone de cobertura médica ilimitada, y en caso de sobrepasar ese límite, nos veremos obligados a abonar la diferencia. A este respecto, el responsable de WPB añade que “los seguros propios de cada circuito tienen limites muy bajos, en torno a los 3.000€. Date cuenta de que, en caso de necesitar una operación, solamente el quirófano suele rondar los 6.000€, más luego anestesistas, médicos, etc ”.
Por esta razón, los organizadores más fuertes contratan pólizas con empresas de seguros que incluyen coberturas mucho más amplias, con el fin de evitarse cualquier problema en un futuro. Hasta hace poco, este tipo de seguros suponían un gasto económico mayor para cada piloto, pero el incremento en la contratación de estas pólizas ha hecho que su precio se reduzca notablemente. Y los avances no se quedan ahí, ya que organizadores como WPB están trabajando en conseguir seguros anuales más económicos que los propuestos por la Federación, que este año ya superan los 300€ anuales.
El día de la rodada
Una vez que el organizador ya tiene la fecha cerrada, el número de comisarios establecido, la asistencia médica adecuada y los seguros tramitados, llega el día señalado. Lo primero que se hace nada más llegar al recinto es hablar con el jefe de pista, el máximo responsable del circuito en ese momento, para repasar todo y limar algunos detalles como son el número de bóxes que se va a abrir y si se cierra la pista o no para comer. Esto último depende mucho de cada circuito, algunos cortan la salida a pista durante la hora de la comida mientras que otros la dejan abierta.
Antes de que empiece a llegar todo el mundo, el organizador se da una vuelta al circuito en coche, acompañado por el jefe de pista, para comprobar el estado del trazado y colocar conos si fuese necesario (por ejemplo, para un cursillo). A medida que la gente va llegando, se abre la oficina del circuito para poder realizar las inscripciones, facilitando un dorsal a cada piloto para que sea reconocible por el fotógrafo. En ese sentido, cada organizador contrata un servicio fotográfico propio, aunque hay circuitos donde existe exclusividad por parte de algunas empresas. El importe que se consiga con la venta posterior de las fotos es para el fotógrafo en exclusiva.
Volviendo con las inscripciones, esta es la parte del día en la que se pierde más tiempo, ya que no todo el mundo es puntual y se acaban alargando hasta que empieza la primera tanda del día, que generalmente es a las 10:00 de la mañana. Siempre se da el caso de que algún ‘despistado’ viene a la rodada sin haber dado sus datos, y no tiene el seguro hecho. Por fortuna, David Castillo recuerda que “si por algún motivo hay que tramitar un seguro el mismo día de la rodada, nosotros no tenemos ningún problema, ya que tan solo nos hace falta enviar un correo electrónico a la compañía de seguros y solucionado. Todo esto antes de que entre el piloto a pista, por supuesto”.
Antes de abrirse el pit lane, el organizador da un briefing en el que hace un breve repaso a las normas que deben cumplirse en pista, y también comenta algún detalle de última hora que desconozcan los pilotos, como cambios en el horario, anunciar el servicio de neumáticos o la disponibilidad de monitores por si alguien no se conoce el circuito. A partir de este momento, su misión será la de velar por el buen funcionamiento de la rodada, estando en estrecha comunicación con el jefe de pista. Sus funciones: interesarse por el estado de la gente que sufra caídas, controlar el tiempo de duración de cada tanda, vigilar el trabajo de los comisarios y, en general, conocer la opinión de los pilotos en todo momento, manteniendo breves charlas con ellos en los boxes.
El responsable de WPB asegura que “de lo que se trata es de dar un buen servicio al cliente y que cuando terminen las tandas, estén hartos de dar vueltas y con agujetas, que no puedan decir que apenas han montado en moto”. A modo de anécdota, recuerda con una sonrisa que “hubo un chaval que se olvidó el casco en La Coruña y estábamos en Albacete, ¡imagínate!”.
Una buena rodada sólo se consigue si se planifica todo con antelación y no se deja nada al azar. Si confiamos en la labor de una empresa organizadora con profesionalidad, tendremos un día redondo, incluso en el caso de sufrir un percance, ya que sabremos que nos respalda un seguro en condiciones que no incluye sorpresas desagradables.
Por Alfonso Somoza Márquez (Suko)
Agradecimientos a David Castillo y Jaime Martín, de White Planet Bike
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