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El circuito de Miller Motorsports Park cerrará sus puertas el próximo 31 de octubre. Así lo ha anunciado Larry H. Miller, propietario de la instalaciones, que ha decidido no renovar el alquiler de las tierras sobre las que se asienta este trazado, propiedad del condado de Toole, condenándolo así a su cierre definitivo. El circuito seguirá funcionando con normalidad hasta la fecha del cierre, acogiendo diversos campeonatos nacionales, entre ellos MotoAmerica, que viajará hasta Utah en junio.
Miller Motorsports Park nació en principio como un capricho del empresario Larry H. Miller, propietario del equipo de la NBA Utah Jazz entre otros muchos negocios. Lo que iba a ser una pequeña pista privada presupuestada en 5 millones de dólares terminó convirtiéndose en un enorme complejo del mundo del motor que costaría la friolera de 85 millones de dólares. Inaugurado en 2006, su larguísimo trazado de 7,2 kilómetros en su configuración más amplia le convertía en uno de los circuitos de velocidad más grandes de Estados Unidos.
Dos años más tarde, en 2008, llegaría el Mundial de SBK, con Carlos Checa haciendo doblete en esta primera cita. Los años pasaron y el Miller Motorsports Park terminó perdiendo la ronda norteamericana del WSBK en 2012, cuando pasó a a manos de Laguna Seca. Desde entonces no ha vuelto a acoger campeonatos de carácter internacional, perdiendo mucho público y a la vez varios millones de dólares en ingresos.
A pesar de que el Miller Motorsports Park es un circuito de primer nivel, su ubicación complica la asistencia de espectadores y aficionados. Salt Lake City es la única ciudad de cierta relevancia en varios cientos de kilómetros a la redonda, y eso complica mucho las cosas a la hora de atraer campeonatos nacionales (no digamos ya internacionales).
Echaremos de menos esas imágenes del Miller Motorsports Park con las Montañas Rocosas de fondo.