 Por Alfonso Somoza @sukosomoza Google+ |
El manager del Suzuki MotoGP Team, Davide Brivio, siempre ha dicho que le gustaría contar con dos pilotos de distinto perfil en su equipo. Por un lado, un piloto veterano, con experiencia en el desarrollo de la moto y con capacidad de estar con los de delante. Y por otro un novato, un rookie con ganas de aprender y con un gran derroche de talento innato.
Precisamente este último perfil, el de novato, es el que más claro tenían en Suzuki desde el principio. La fábrica de Hamamatsu centró su atención en Maverick Viñales desde el momento en el que español ganó el Mundial de Moto3. Este año, en su primera temporada en Moto2, ya acumula una victoria y dos segundos puestos, unos resultados que le mantienen tercero en la general con posibilidades reales de hacerse con el campeonato. Para Suzuki, son méritos más que suficientes para confiarle una de sus HR-X1 oficiales.
El otro prototipo, salvo sorpresa, irá a parar a manos de Aleix Espargaró, el piloto que encarna el perfil de veterano, con capacidad para desarrollar una moto -ya lo hizo con la ART de Aspar dominando la categoría CRT dos años seguidos- y con el empuje necesario para estar con los delante, aunque todavía le falta la guinda de conquistar su primer podio en MotoGP.
Lo cierto es que Suzuki pensó primero en Andrea Dovizioso en lugar de Aleix. El italiano aprovechó este interés para negociar su renovación con Ducati, un acuerdo que se anunció el pasado sábado, y que dejaba el camino libre en Suzuki al español. También se había hablado mucho de la posibilidad de que Cal Crutchlow renunciase a su año extra de contrato con Ducati para marcharse a Suzuki, pero la falta de acuerdo entre el británico y los japoneses le hizo descartar esta opción.
El Suzuki MotoGP Team hará su debut oficial en la última carrera del año, el Gran Premio de Valencia, donde participará como wild-card con Randy De Puniet a lomos del prototipo HR-X1.
