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KTM se despide del X-Bow: ahora pertenece al mayor fabricante de cerveza del mundo

Publicado el 28/08/2025 en Actualidad del sector

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KTM llevaba tiempo buscando una salida para su aventura de cuatro ruedas. El X-Bow, ese deportivo radical nacido casi como un capricho tecnológico, ha dejado de estar bajo el paraguas naranja. La filial KTM Sportcar GmbH pasa ahora a manos de un grupo de inversores encabezado por la familia De Mevius, heredera del imperio cervecero AB InBev, el mayor fabricante de cerveza del mundo con marcas tan conocidas como Budweiser, Corona o Stella Artois.

El movimiento, anunciado a finales de agosto, forma parte de la estrategia de KTM tras la entrada de Bajaj Auto en su accionariado: centrarse en la moto y desprenderse de lo que no encaje en ese negocio. El X-Bow, que se fabricaba en Graz en series muy limitadas de unas 100 unidades al año, era ese satélite extraño que la marca mantenía casi por prestigio. Y aunque la producción estaba externalizada en Dallara, permitió a KTM ganar visibilidad fuera del sector de las dos ruedas.

La familia De Mevius no es ajena al automovilismo. Gregoire fue piloto de rally y Dakar, y sus hijos, Guillaume y Ghislain, también compiten a nivel internacional. Jalopnik explica que son ellos quienes han liderado la operación junto a otros inversores, en lo que parece más un proyecto pasional que una inversión fría. La cifra no se ha hecho oficial, pero fuentes del sector hablan de alrededor de 10 millones de euros.

El coche estrella de la gama actual, el X-Bow GT-XR, roza los 500 CV y se vende por unos 300.000 euros netos, con apenas unas decenas de unidades producidas al año. Un deportivo ultraligero, con chasis de fibra de carbono y un diseño heredado directamente de la competición GT2, que ahora podría vivir una nueva etapa. Los nuevos dueños no solo quieren mantenerlo, también estudian ampliar la gama con versiones más aptas para carretera e incluso con proyectos off-road inspirados en el pasado dakariano de la familia.

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Para KTM, la operación significa cerrar un capítulo atípico. Nunca fueron fabricantes de coches, pero durante más de 15 años lograron que el nombre X-Bow sonara entre los aficionados a los trackdays y a los deportivos de nicho. Para InBev y los De Mevius, en cambio, es la oportunidad de convertir un proyecto marginal en una marca independiente de superdeportivos.



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