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El Mundial de Moto3 tal y como lo conocemos tiene los días contados. A partir de 2027 o 2028, la categoría más pequeña del campeonato dará un giro radical con la introducción de motos bicilíndricas de 500 cc en sustitución de los actuales motores monocilíndricos de 250 cc. Con esta reforma, Dorna busca reducir costes y hacer la competición más accesible, pero el desafío no es menor: ofrecer motos con el doble de cilindrada, más potencia y un coste mucho menor al actual.
KTM, una de las marcas más implicadas en Moto3 desde su creación en 2012, ya ha mostrado su interés en liderar este cambio. Pit Beirer, director de KTM Motorsport, ha sido claro al respecto durante una entrevista recogida por GPOne.com: "Estamos extremadamente interesados en conseguir el contrato para construir las futuras Moto3".
Actualmente, una Moto3 completa ronda los 175.000 euros, pero el objetivo de Dorna es que las nuevas bicilíndricas de 500 cc y 80 cv se ofrezcan por no más de 75.000 euros. Para Beirer, la clave está en el tipo de motor que se utilice: "Si se emplea un motor muy cercano a la producción en serie y una sola fábrica se encarga de suministrar toda la parrilla, ese precio es alcanzable".
La filosofía del nuevo reglamento busca alejarse de los motores puramente de competición para acercarse a una mecánica más estándar, lo que implica renunciar a ciertas prestaciones. Beirer lo tiene claro: "Es una ilusión pensar que una moto más grande, más pesada y que cuesta solo un tercio de las actuales Moto3 pueda ser más rápida".
Uno de los aspectos aún por definir es el modelo de competición que adoptará la futura Moto3. Hay dos opciones sobre la mesa; primero, un motor único, pero con diferentes fabricantes desarrollando sus propios chasis, siguiendo el esquema actual de Moto2. El otro camino pasaría por convertir Moto3 en un campeonato completamente monomarca, como sucede en MotoE.
Para KTM, lo ideal sería mantener la competencia entre fabricantes, algo que ha sido clave en su desarrollo en las distintas categorías. "No es un secreto que nos gusta la competición contra otros fabricantes. Hemos crecido en todas las categorías gracias a esto", apunta Beirer. Sin embargo, si la nueva Moto3 se convierte en una copa monomarca, KTM sigue interesada en participar como proveedor exclusivo de Dorna.
A pesar del entusiasmo por el nuevo formato, el responsable de KTM advierte sobre un dilema fundamental: "En la competición hay dos monedas: el dinero y el tiempo por vuelta. Si tienes más dinero para desarrollar la moto, serás más rápido. Si gastas menos, el tiempo por vuelta será más lento".
El problema surge si se quiere una Moto3 más barata pero igual de rápida. Beirer pone un ejemplo claro: "Nadie puede sacar 80 cv de un motor de serie. Y si construimos un bicilíndrico de competición con piezas prototipo, los costes subirán".
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Con el tiempo corriendo en contra, los fabricantes están a la espera de que Dorna defina las reglas exactas para el nuevo reglamento. KTM ya ha dejado claro su interés en liderar este cambio, pero aún quedan muchas incógnitas por resolver antes de que la nueva Moto3 se haga realidad.