 Por John Fernández @johnnyfumi |
Aleix Espargaró lo consiguió: ha ganado en casa. La carrera al sprint en Montmeló tuvo un clarísimo protagonista. En el inicio de la carrera el piloto de Aprilia se mostró fuerte. Si bien no tuvo la mejor de las salidas, incluso perdiendo posiciones, no le costó recuperar el ritmo. A falta de siete vueltas para el final Espargaró lo intentaba fallidamente por primera vez. Una vuelta después llegó el momento donde protagonizó un limpísimo adelantamiento en la primera curva después de la recta principal del circuito.
Es entonces cuando el catalán empezó a tirar él solo, sin Bagnaia. El italiano se quedaba rezagado ante el imponente ritmo que mostraba el piloto español sobre la RS-GP, y nada podía hacer más que defenderse de los ataques de la otra Aprilia de Maverick Viñales, que subió al podio en la tercera plaza.
Espargaró ha querido dedicar esta primera victoria en una carrera al sprint al empresario italiano Roberto Colannino, quien impulsó el Grupo Piaggio: “Es un gran día para darle las gracias a nuestro presidente que falleció hace un par de semana, se sentiría muy orgulloso de ver a dos Aprilia en el podio”, mencionaba el piloto de Granollers.
Ya sobre la carrera Espargaró ha explicado que “quería ir más despacio y Pecco ha forzado mucho la máquina al inicio, ha subido la apuesta, yo he cambiado el mapa y he dicho ‘a por todas’”.
En el pensamiento de Espargaró solo estaba la opción de darlo todo: “Ha habido un momento en el que he pensado que él habría roto más la goma que yo y ha salido un ego interior que ha dicho ‘Aleix, nunca has ganado escapándote, siempre has ganado solucionándolo en la última vuelta’, y hoy me apetecía destrozar el neumático trasero y ganar. Pecco ha puesto el listón muy alto y yo he seguido la apuesta”.
También revela que ha tenido “problemas” con la goma y que ha “cometido algunos errores” al “confiarse” y ver en la "pizarra que la diferencia era muy grande, y me he desconcentrado al ver +1, +2...". A pesar de ello ha podido ganar con cierta holgura sobre Bagnaia, caballito incluido en línea de meta.
Un Bagnaia muy peleón que ha resistido los envites hasta que ha sido inevitable: “Pasar a Pecco nunca es fácil, además ha habido un momento cuando estaba dudando sobre como pasarlo he visto que era muy difícil porque frenaba muy tarde en la uno, entonces no he dudado en cuanto he tenido la oportunidad”.
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“Le he bloqueado pero frenaba muy tarde, y mi moto iba muy bien, especialmente en recta, donde tenía mucho rebufo acelerando y tenía más tracción que él”, argumenta Espargaró, que rememora las “sensaciones de SIlverstone donde la Aprilia tracciona más que la Ducati”.
