La crisis está castigando con dureza a los distintos campeonatos regionales de velocidad que tenemos repartidos por toda España, y eso se nota en el número de inscritos en cada prueba. Un buen ejemplo lo encontramos en el Andaluz de Velocidad, que tuvo que suspender su prueba inaugural en Monteblanco este año al no alcanzar el cupo mínimo de pilotos inscritos, cifrado en 85 personas (sólo había 55 inscritos para todas las categorías).
Por esta razón, desde hace tiempo se viene gestando una Copa de España de Velocidad que juntaría los campeonatos regionales más importantes (Manchego, Andaluz, Zona Norte, Catalán y Mediterráneo) bajo un mismo paraguas, con carreras repartidas por todo el país para que cada piloto pudiese acudir a las más cercanas a su provincia. De este modo, las federaciones ahorrarían mucho dinero en el alquiler de cada circuito, y se podrían reducir los gastos de inscripción y neumáticos para cada carrera.
Fuentes cercanas a la RFME nos han confirmado que su nuevo presidente, Ángel Viladoms, ya está al habla con todas las federaciones con el fin de organizar los reglamentos y normativas de esta nueva Copa de España 2013, que serviría de antesala al CEV-Buckler, inaccesible en estos momentos para la mayoría por los gastos que conlleva.
