
El piloto británico Shane Byrne sufrió el pasado 9 de enero un aparatoso accidente de tráfico cuando regresaba a su casa en Suiza. Byrne viajaba con su mujer y su hijo en una Mercedes Vito cuando, por causas desconocidas, sufrió un choque frontal con otro coche a casi 110 km/h. La cosa no terminó ahí, porque segundos después de tener el accidente, la Vito de Byrne era golpeada de nuevo por otro coche que circulaba por detrás.
Afortunadamente, y a pesar de la gravedad del choque, todo quedó en un tremendo susto y una muñeca algo magullada por parte del piloto británico. Para colmo de males, Shane perdió las llaves de casa en el accidente, y tuvo que abonar 275 euros a un cerrajero para que le abriera la puerta de casa. A eso le llamamos nosotros tener un mal día.
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