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Adiós al sueño del casco Skully AR-1: la empresa se declara en bancarrota

Publicado el 06/08/2016 en Actualidad del sector

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Por Alfonso Somoza
@sukosomoza | Google +

Skully, la empresa norteamericana que prometía revolucionar el sector de los cascos de moto con su revolucionario AR-1, cierra sus puertas. A través de un comunicado oficial, la compañía ha anunciado hoy el cese de sus operaciones de forma inmediata, declarándose en bancarrota y dejando a cientos de clientes sin su esperado casco, a pesar de haberlo pagado con meses (y años) de antelación.

La historia de Skully comenzó en 2010 cuando su fundador, Marcus Weller, sufrió un accidente de moto en Barcelona al despistarse mientras leía las indicaciones de una señal de tráfico. Desde entonces, Marcus trabajó en el diseño de un casco futurista, capaz de mostrar información en la visera a través de un HUD (Head Up Display) que permitiese al piloto poder mantener los ojos en la carretera en todo momento.

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El AR-1 también ofrecía otra característica única: incorporaba una cámara trasera con visión de 180º que permitía al motorista poder observar todo lo que sucedía a su espalda a través del HUD instalado en la visera. Además, la conectividad con cualquier smartphone era total: llamadas, mensajes de texto por voz, órdenes del GPS... 

El primer prototipo del Skully AR-1 se presentó en febrero de 2013, aunque no fue hasta agosto de 2014 cuando la empresa inició un crowdfunding a través de Indiegogo, rompiendo todos los récords: de los 250.000 euros que se habían marcado como objetivo, la compañía recaudó un total de 2.4 millones de dólares. La mayoría de los interesados optaron por la opción de reservar un casco a cambio de una inversión de 1.399 dólares para la versión USA y de 1.499 dólares para el modelo internacional. La entrega estaba estimada para el mes de mayo de 2015.


El tiempo fue pasando y Skully empezó a retrasar la entrega de los primeros pedidos. Los problemas económicos llegaron pronto, de ahí que su fundador, Marcus Weller, no tuviese más remedio que buscar grandes inversores que quisiesen entrar en la compañía, logrando recaudar cerca de 13 millones de euros a cambio de perder gran parte de su participación en la empresa.

Hace tres semanas, Skully confirmaba el despido de su fundador, Marcus Weller, por parte de su inversor principal, Intel Capital. Martin Fitcher pasaba a ser el nuevo CEO de la compañía, asegurando en ese momento la entrega de 400 unidades del AR-1 antes de finalizar el mes, una promesa que ha caído en saco roto después de que la compañía haya anunciado su bancarrota.

Un juzgado será el responsable de subastar todos los bienes de la compañía para poder cubrir la deuda que Skully mantiene con sus acreedores. Por desgracia, todas aquellas personas que reservaron un casco (más de 1.500) serán las últimas en cobrar su dinero.



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