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Kenny Noyes, el mismo de siempre 

Publicado el 04/07/2016 en FIM JuniorGP

Por Cristian Ramón Marín
@Crms74 | Google+

Kenny Noyes está sentado en su quad, sonriendo y charlando con Dennis durante un cursillo de dirt track del Noyes Camp. Quedan varios días para que se cumpla el primer aniversario del accidente que sufrió en Motorland Aragón, y por la forma en que ambos hablan y bromean, parece que han pasado décadas desde aquel día. Pero no, solo han pasado 362 días. 

El campeón del FIM CEV Repsol 2014 había tenido un fin de semana complicado, y su equipo trabajó toda la noche del sábado para solventar esos problemas. El warm-up sería clave si quería hacer una buena carrera en su segunda casa. Todo iba según lo previsto. El ritmo estaba. Y en una salida a pista, se fue al suelo y la moto, que golpeó el muro y retrocedió, impactó de lleno con su casco. 

Después de un año duro, Kenny es capaz de andar, de conducir su coche y, cómo no, de subirse a la moto. Y su familia lo tiene claro: sin la brillante actuación del personal y el equipo médico de Motorland Aragón, todo eso hubiera sido un simple sueño. Gracias a ellos y a todo el trabajo posterior, las metas de hoy en día son más ambiciosas. Y más cercanas también.

El accidente y las primeras semanas

Kenny fue trasladado al hospital de Zaragoza en ‘Glasgow 3’, el estado de coma más crítico que existe. Se podría definir de una forma muy sencilla: en una situación como esa, el cuerpo no tiene ninguna reacción ante los estímulos. Ni abría los ojos, ni mostraba respuestas verbales o motoras. Durante las primeras semanas, el oxígeno llegaba a su cuerpo gracias a la respiración asistida. 

Llegó al hospital con traumatismo craneoencefálico severo con rotura en la base del cráneo, rotura maxilofacial y daños por aceleración. La buena noticia es que la hemorragia craneal que sufría no había aumentado su tamaño. El equipo de atención sanitaria le había colocado un sensor de presión intracraneal (una especie de válvula que controla la hipertensión) que le permitía contener la presión en su cerebro. 

El equipo médico encargado de tratar a Kenny después del accidente se temía lo peor. Sin embargo, la Dra. Pilar Luque, encargada de tratar a Kenny en la UCI del Hospital Clínico de Zaragoza fue la primera en apuntar que la situación real del piloto era mejor de lo que esperaba. Hay que tener claro que, en este tipo de recuperaciones, no hay fecha, pero sí altibajos. Un mes después del accidente, la doctora advirtió a la familia sobre la posibilidad de que Kenny se quedara en estado vegetativo. Después de eso, hablaron, y la respuesta fue clara: “Ni de coña”. A partir de ese momento, empezaron un proceso de estimulación sensorial “súper intensivo”. La doctora visitó a Kenny 3 días después de hablar con los familiares, y lo primero que hizo el campeón del FIM CEV fue abrir los ojos. Habían pasado 23 días desde el accidente. 

La familia, pieza clave en la recuperación

Las personas más cercanas al campeón de Pro Singles en el AMA Pro Flat Track insisten una y otra vez: la familia es imprescindible para que se recupere una persona que está en una situación parecida a la de Kenny.  Adoptar una actitud negativa no sirve de nada, y pasaron a la acción: Dennis le leía historias y le contaba anécdotas sobre Kenny Roberts y Randy Mamola. Heidi, su madre, hablaba con él. Y tanto su hermano Dennis como Iana, la mujer de Kenny, eran los encargados de la parte más violenta del plan: le pellizcaban, le tiraban del pelo y le mordían. Estimularle era imprescindible para que su recuperación marchara por el buen camino. “Yo era el poli bueno y ellos los polis malos”, bromea Dennis.  El periodista especializado en motociclismo escribía, cada día, qué había hecho cada familiar mientras estaba con Kenny. Hablaban constantemente entre ellos para controlar los avances de Kenny y empezaban a darle órdenes para comprobar si ha alcanzado la fase de mínima conciencia, en la que una persona es capaz de cumplir órdenes. “Aprieta la mano con la que das gas”, le decían. 

Todos los estímulos eran pocos: le ponían grabaciones de sus amigos de la infancia para que escuchara viejas anécdotas y su mujer le ponía el pelo en la cara, porque odiaba que lo hiciera. De toda la vida.  Cuando su recuperación estaba más avanzada, Dennis le llevó una pelota de béisbol, porque había jugado mucho de pequeño. Le pedía una curva y Kenny la cogía con la posición exacta. “Una pelota de béisbol trae muchos recuerdos”.  En el periodo de recuperación, los enfermeros y las enfermeras se habían convertido en una pieza fundamental para Kenny, tanto en la UCI como en Guttmann. Según Iana, “son las personas más importantes junto con la familia”. Los seres queridos de Kenny quieren que su experiencia sea útil para otras familias que vivan la misma situación, y advierten: “Para que la recuperación vaya bien, es imprescindible que tú estés bien. Que descanses”, asegura Dennis, el hermano de Kenny.

También es imprescindible ser activo: “Lo bueno es preguntar qué puedes hacer cuando no está la persona encargada de la rehabilitación, tanto  a los enfermeros como otras familias que estén por delante en el proceso de rehabilitación”. Incluso investigar.  La última fase de la recuperación de Kenny está teniendo lugar entre el Institut Guttmann de Barcelona y la Fundación StepByStep, ambos centros especializados en lesiones medulares y cerebrales, siendo el primero también un hospital. No se puede hablar de plazos de recuperación, pero Kenny acude allí todos los días con la misma ilusión con la que se subía a la ZX-10R del Kawasaki Palmeto.  Es necesario que el familiar “conozca las limitaciones” de su ser querido y luche para avanzar en la recuperación todo lo posible. La capacidad de lucha de Kenny y su familia la resume una anécdota: a los 8 meses del accidente, creían que estaba capacitado para probar un simulador de conducción del Institut Guttmann, pero los médicos cumplieron con su cometido y fueron cautos. Creían que no era conveniente. Pero al fin de semana siguiente, antes de un cursillo del Noyes Camp, se animó a subirse a la moto y a conducir su coche. No pudo ir mejor. 

Los especialistas destacan que es fundamental en la recuperación que el paciente tenga la voluntad y la energía para trabajar duro. Los años de trabajo de Kenny como velocista, solucionando problemas, probando y siempre rozando límites, han contribuido a su recuperación.

El Kenny de 16 años

El accidente había hecho que Kenny perdiera sus recuerdos más recientes y, en cierto modo, ha experimentado una nueva vida. En un momento determinado ni siquiera reconocía a su hermano, por una razón muy sencilla que da el propio Dennis Noyes Jr.: “El Kenny de 16 años no reconoce a su hermano con barba”.


Kenny camina con la ayuda de su hermano, Dennis | Imagen: familia Noyes

Pero el trabajo dio sus frutos. Todos le recordaban constantemente por qué estaba ahí, y los álbumes de fotos y los vídeos de todas las épocas de su vida han sido herramienta indispensable para que Kenny, un año después del accidente, pueda bromear junto a su padre. Los recuerdos de la vida con su mujer volvieron a los siete meses del accidente, y los enfermeros se preocupaban en todo momento por que fuera capaz de reconocerles y recordar sus nombres. Un paciente en una situación parecida a la de Kenny también necesita confianza de su entorno más cercano. De acuerdo con Dennis Jr., “hay que hacer que se lo crea, para que no deje de luchar”. Kenny luchó en todo momento, y Dennis, que tenía que viajar por trabajo y no estaba todos los días al lado de su hijo, era la persona que más notaba los avances.

La primera risa

Poco a poco Kenny subía niveles en la 'escala Glasgow' (sistema de catalogar el estado de una persona que sufre traumatismo cerebral) hasta pasar por las facetas de 'conciencia mínima' y 'amnesia post-traumática', antes de entrar en fase de rehabilitación.  Y después de avanzar desde Glasgow 3 hasta Glasgow 15,  de malas noticias y poca resignación, de no dormir y de trabajar constantemente por Kenny, consiguieron que volviera a reír. Y lo hizo su hermano, bailando y cantando delante de él. Se podría decir mucho de ese momento, que la familia guardará para siempre en forma de vídeo, pero sería una pérdida de tiempo teniendo esta frase de Dennis Jr: “Es lo mejor que he hecho en mi vida: crear un baile que hiciera reír a mi hermano”. 

Aquel 5 de julio, Kenny fue trasladado en un helicóptero que le salvó la vida. Y meses después puede reír junto a los cursillistas de Noyes Camp gracias, en parte, al trabajo que hizo con helicópteros teledirigidos en su habitación del Guttmann. Allí tenía pintadas unas pistas de aterrizaje en las que debía colocar esos juguetes para conseguir el mayor número de puntos posibles. Y sí, intentaba hacerlo lo mejor posible. Porque sigue siendo el Kenny competitivo de siempre. Es lo que tienen los campeones.

 

Tags: Kenny Noyes, accidente, primer año, FIM CEV Repsol, Kawasaki, PL Racing.


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Jbredondo 05 de Julio de 2016 a las 22:19

increíble historia, un claro ejemplo a seguir en casos similares

Rafa M 05 de Julio de 2016 a las 23:50

Ánimo. Campeón es poco adjetivo

urte 07 de Julio de 2016 a las 23:47

Gente como tu deberia de ser nuestro ejemplo.

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