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A pesar de los esfuerzos y de largas negociaciones, María Herrera no ha conseguido un tercer asiento en el RBA Team para disputar esta temporada el Mundial de Moto3. La piloto toledana y su padre pusieron rumbo a Valencia hace unos días tras conocer la noticia de que LaGlisse abandonaba el mundial por problemas de presupuesto y falta de patrocinio. Allí, en Valencia, María quería aprovechar la presencia del RBA Team durante los últimos test celebrados en el trazado valenciano para ver la posibilidad de poner una tercera moto en pista junto a Gabriel Rodrigo y Juanfran Guevara.
De hecho, tal y como confirmó Christian Korntner -de KTM Racing-, la marca austriaca fue la que puso en contacto cotacto a María Herrera con José Gutiérrez Boé, manager del RBA Team, para ver la posibilidad de que la toledana se incorporara a las filas del equipo español.
Todo parecía indicar que María podría salvar la temporada gracias al equipo de Boé, pero finalmente no ha habido acuerdo. "Me han dicho que a estas altura no quieren modificar las estructuras del equipo y que no ven conveniente introducir a un tercer piloto", explicaba Antonio Herrera, padre de María, en declaraciones a EFE. La española necesita una cantidad cercana a los 200.000 euros para poder encontrar un asiento este año en el mundial (el resto, hasta medio millón, lo ponen Dorna y su familia), una cifra que, por ahora, se antoja complicada ante la falta de apoyos.
Para solucionar este problema, Antonio asegura que están pensando "realizar un proyecto de crowdfunding, por si al final tenemos que recurrir a ello. Vamos a ser capaces de aunar esfuerzos y conseguir que María esté en el sitio que le corresponde y merece".
Lo cierto es que, a falta de un mes exacto para que arranque el mundial en el Circuito de Losail, parece muy difícil que María consiga una moto. Sólo un patrocinador fuerte de última hora o un equipo que rebaje esa cantidad de 200.000 euros podrían salvar la temporada de la toledana.