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De nuevo el francés Ed Turner vuelve a sorprendernos con su último proyecto, esta vez hecho bajo encargo, y para el cual ha utilizado como base la tan customizable Honda CX500.
Inicialmente el proyecto, según cuenta el propio Turner, arrancó con todo un listado de fotos y diagramas propuestos por su futuro propietario, limitando así su capacidad creativa, aunque finalmente no fue un obstáculo. De hecho la idea original de Turner era construir la moto sobre una Moto Guzzi pero el propietario insistió en que fuese una Honda.
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Teniendo las cosas claras la moto se trasladó al taller donde comenzó a perder peso a base de despojarla todas sus piezas de origen. Una vez dejada en el chasis, Turner reconstruyo el mismo dejando tan solo original la columna de dirección. El resto es completamente nuevo.
La conexión chasis- basculante ahora se encarga un monoamortiguador Öhlins, mientras que la horquilla delantera se hereda de una Triumph Speed Triple, encajada en nuevas tijas cortadas con chorro de agua, teniendo la superior el diseño de la bandera japonesa de guerra.

El motor de la Honda CX500 se ha mantenido de serie, aunque ha sido puesto a punto mediante una profunda revisión, y a los carburadores se le han acoplado dos nuevas tomas de admisión de aluminio que ayudan a mejorar el rendimiento del motor. Por último, todo el bloque se ha repintado utilizando cromados combinados con el negro y el rojo.
El freno delantero se ha mejorado acoplando pinzas flotantes de doble pistón y discos perforados provenientes de una BMW. El chasis también alberga un nuevo radiador y ventilador eléctrico que ayudan a mejorar el rendimiento, y la batería se ha alojado bajo el basculante. Otro elemento que se entrelaza en la nueva estructura del chasis es el sistema doble de escape hecho en acero inoxidable, el cual se ha soldado sección a sección para buscar una línea natural que acaba saliendo bajo el asiento y terminando en dos colas de tipo megáfono.

Otra de las secciones que atraen la mirada es su nuevo depósito y asiento. El primero está fabricado en fibra de carbono y kevlar, y guarda líneas muy rectas y anguladas con un diseño lateral inspirado en dibujos de rostros de samuráis. Para el colín ha empleado cuero y alcántara con costuras de líneas romboides y tachuelas laterales.
Las llantas son las originales aunque han sido cromadas, y ahora calzan neumáticos Avon Road Riders Ultra-grippy. En cuanto a su óptica, la parte delantera monta un faro de tipo vintage con lente amarilla, y en la parte trasera una pequeña luz de iluminación LED.

El resultado final salta a la vista, una auténtica obra maestra que pese a ser un proyecto de encargo, el propio Turner explicaba que 'trató de hacer lo que el cliente quería, no lo que pidió'.