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Cuando tratamos con motos antiguas y un claro objetivo de hacer algo con ellas, normalmente nos encontramos con el dilema de si debemos devolverla a su estado original o si bien podemos darle una segunda utilidad con una preparación que la distinga del resto y la convierta en una moto única como en esta ocasión, en la que partiendo de una moto chopper como es la Yamaha Virago XV 750, un modelo japonés que de inicio no inspira aires deportivos, pero que en los últimos años se ha extendido en popularidad a la hora de customizar motos orientadas al mundo café racer.
Uno de los máximos exponentes en el panorama de preparaciones de este modelo es el constructor Greg Hageman, quién ya cuenta a sus espaldas con un gran número de modelos modificados, teniendo en la fábrica de Iwata su fabricante fetiche por su gran número de modelos modificados. Para esta ocasión, Greg ha contado con una Virago XV750 bajo encargo, modelo que ha estado durmiendo en el garaje de un particular durante un largo periodo de tiempo, hasta que la mujer del propietario contactó con el constructor para que le modificase la moto y darle una grata sorpresa.

Aceptando dicho reto, Greg se puso manos a la obra para completar una autentica obra de arte, empezando por su tren delantero, al cual le acopló las horquillas invertidas, los frenos de seis pistones y la llanta de 17 pulgadas de una Yamaha R1 del 2008, dándole el toque de modernidad que la moto necesitaba.
En la parte posterior supo mantener la originalidad conservando la rueda de 15 pulgadas y cinco radios con freno de tambor, ambas ruedas con neumáticos Dunlop K555s. Siguiendo en la parte posterior de la moto, Greg tuvo que modificar sus geometrías para acoplar la pareja de amortiguadores Ohlins que sustituyen al mono amortiguador que la Virago traía de serie, consiguiendo como resultado final un toque extra de deportividad.
El tanque de la gasolina también fue otro de los elementos que el constructor tuvo que modificar, cogiendo como base el depósito de una Yamaha RD350 que finalmente logró adaptar a la espina dorsal de la moto y cuyos colores están inspirados en antiguos modelos de los años 70, dejando el resto de las partes en color negro.


Para el asiento ha utilizado un modelo café racer de la marca Tuffside que encaja como un guante con las líneas deportivas de XV 750. Su estructura está hecha en plástico ABS y su tapizado está hecho en vinilo. Otras partes nuevas son el velocímetro Acewell o la parrilla del faro, comprada directamente en e-Bay, y el rendimiento del motor, se ha mejorado con dos nuevos carburadores Mikuni VM34 con admisión directa y un nuevo escape 2 en 1 con silenciador tipo cono.
Según el propio Greg: "La moto corre y se maneja muy bien, mejor de lo esperado. El conjunto del chasis es más rígido y combinado con las nuevas suspensiones deportivas su manejo es mucho mejor. La mecánica también se ha mejorado y con el nuevo escape y los carburadores el motor empuja con más energía".