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 Por Alfonso Somoza @sukosomoza Google+ |
Cuando el preparador Gustavo Penna se compró su Ducati 749 para hacer tandas en circuito, no se imaginaba que sólo dos años después su italiana se convertiría en una moto radicalmente distinta. Lo primero que hizo fue cambiar el motor por el de la 749R -válvulas de titanio, tapas de balancines en magnesio, etc.- con 121 cv de potencia, acoplándole sus colectores de escape originales modificados pra ubicar los dos escapes en la panza, al estilo de la 1199 Panigale. Gustavo tuvo que recurrir a un amigo suyo que trabaja en la NASA para hacer una simulación de los fluidos dinámicos que recorren los colectores y fabricar así las dos colas de escapes artesanales en titanio.
A continuación quitó los carenados y modficó el depósito de combustible y el subchasis -también artesanal- para que el nuevo asiento monoplaza clásico se pueda mover y ajustar en función de la altura del piloto (tal y como Ducati tenía contemplado en los primeros bocetos de la saga 749-999). Por lo demás, el resto de la moto no deja ser una 749 de serie, con su espectacular chasis multitubular Trellis totalmente al aire, acompañado por el faro delantero original que, al descubierto, parece sacado de una peli de ciencia ficción.
La moto de Gustavo gustó tanto que ya ha vendido tres preparaciones: una a un multimillonario ruso, otra al CEO de Audi Norte América y la tercera al presidente de Azerbaiyán.
