brigada

Cuando las tomas dinámicas de aire presurizan la admisión la potencia alcanza según Yamaha los 180 caballos, mientras que el peso en vacío declarado es de tan solo 172 kilos. Toda una aventura que para que no se atragante cuenta con excelentes argumentos en el tren de rodaje:

- Un nuevo bastidor de aluminio pétreo, con una horquilla más larga pero con menor recorrido (120 frente a 135 mm.) y con el mismo y cerrado lanzamiento de 24º que da en definitiva como resultado algo más de avance (97 frente a 94 mm.) respecto a su predecesora. Se agradece el mayor aplomo sin que realmente acuse dificultad para levantar la moto en cambios de apoyo (por supuesto, con amortiguación de dirección).

- Suspensiones con la firmeza necesaria para controlar el tremendo empuje del motor en carretera, pero sin llegar a los estándares de las más recientes Kawasaki, casi más indicados para circuito. Por supuesto son completamente regulables y cada uno puede componerlas como desee, especialmente para sacar el máximo partido en circuito.

- Unos frenos increíbles firmados por Brembo, que pone a disposición de Yamaha unos elementos que están entre lo mejor de su gama para motos de serie; bomba y pinzas radiales de fantástico tacto que en circuito ponen en evidencia el tarado de serie de las suspensiones, pero aun con todo quizá ligeramente esponjosos en la última parte de su recorrido.

- Basculante más corto que rompe la tendencia de los últimos años a alargar este elemento para suavizar las pérdidas de adherencia. Por supuesto también es más ligero y ahora las reacciones son más vivas, se "revuelve" más fácilmente pero también se tiene más información de cómo anda de adherencia la rueda trasera. En definitiva se gana en efectividad aunque las derrapadas son algo más bruscas y delicadas.

Las ruedas mantienen las mismas dimensiones, 120/70 ZR17" y 190/50 ZR17" y la distancia entre ejes es también la misma, 1.395 milímetros, aunque en este caso la longitud total de la moto aumenta hasta los 2.065 mm. (2.035 mm. en la anterior).

En definitiva una deportiva muy seria, mucho más poderosa y radical que su antecesora y, como suele suceder, más exigente con la forma física y hasta mental a la hora de subirse en ella.