Hola a todos.
Desde luego, cualquiera diría que viví la clasificación para las 24 Horas pensando en la novela que estoy escribiendo sobre ella, porque no pudo resultar ni más angustiosa ni más rocambolesca.
Hoy os dejo la segunda entrega, que narra la jornada de los entrenamientos oficiales, con un final descorazonador.
Espero que os guste la lectura.
Muchas gracias.
Proyecto 24HorEs-40AñOs (X): ¡ESTAMOS FUERA DE CARRERA!
Dedicado a la memoria de Enric Saurí, con el abrazo más sentido para toda su familia y todos sus amigos.
Viernes 7 de Julio
Después de vivir el día anterior la experiencia de las tandas libres, con un final tan inesperado como alentador, ese momento decisivo, en el viernes del entrenamiento cronometrado para la clasificación, llegó tan atravesado como no podía haberlo imaginado.
A la hora de asignar los cuatro brazaletes que distinguían a los pilotos de cada equipo, me tocó el blanco, y por tanto mi turno en los entrenos clasificatorios sería el último. De esa forma, El Momento quedó fijado para las 8 de la tarde. Mi hora de la verdad.
Mi compañero Luis había hecho su tiempo holgadamente; y es que, sobre el papel, podría ser el más rápido de los cuatro, y sin duda el más resistente, tanto que hubo momentos posteriores en los que no parecía humano. Miguel, por su parte, era el más experimentado, a punto de cumplir su octava participación en la carrera, y a las pocas vueltas se confirmó como el valor seguro que ya representaba antes de salir a la pista.
Ocho menos cuarto de la tarde
Pero todo se trastocó poco después de las 7 y media con la caída de Josep Manel en la curva Seat (5), cuando ya había conseguido su tiempo y justo en la tanda anterior a la mía. Mi compañero salió completamente indemne del trance y pudo llegar hasta el box con la BMW Motocrom en marcha, que mostraba una apariencia no demasiado maltrecha. Y así el equipo se puso a trabajar sobre ella un cuarto de hora antes de que a un servidor le tocara salir a pista a jugarse el todo por el todo.
Completamente equipado, incluso con el casco y los guantes puestos, contemplaba atónito, y con el corazón golpeando como un martillo dentro mi pecho, el trabajo febril de estos chicos. Lo cierto es que su labor merece un capítulo aparte y en exclusiva dentro de esta serie sobre las 24 Horas. Es una forma frenética pero perfectamente sincronizada de desmontar y montar con una pasmosa precisión la compleja tarea que presenta cualquier elemento en una Super Bike de hoy día.
CONTINÚA EN...
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