Hola de nuevo.
Hay otras entrevistas que tienen más tiempo, meses, en algunos casos, pero suponiendo el interés que despertaría ésta, he querido transmitírosla prácticamente según se ha publicado. Revela algunas claves para mí muy interesantes sobre el pilotaje, también sobre las motos y sobre los circuitos del mundial. Le entrevisté hace ahora justo una semana.
Que la disfrutéis.
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El encuentro tiene lugar en un club deportivo de la zona alta de Barcelona, algo que no debería de sorprender. Ciertamente, recordando algunas instantáneas bastante recientes que plasmaban el corte escultural con el que nuestro protagonista lucía su cincelada figura sirviendo de imagen publicitaria a una firma comercial, era lo más evidente. De esta forma quedaba desterrada la sombra de cualquier pensamiento malicioso que otorgara el mérito a la magia que obra la informática de la fotografía.
Veo aproximarse a su hermana Cristina que me da la bienvenida de la misma forma que este día de marzo: anunciando por fin la primavera, irradiando simpatía y jovialidad, hartos ya como estamos de soportar tanta hostilidad invernal. Efectivamente, me recibe con una luz en la sonrisa, que se ve como el reflejo de su melena clara, y con un casco cogido de la mano izquierda. Me acompaña hasta el apartado donde va a tener lugar la entrevista y al minuto oigo la voz de él, ese tono un tanto agudo y rasgado que tantas veces he escuchado hablar pausadamente en interviús televisivas; le oigo aproximándose desde el fondo mientras mantengo la atención fijada sobre los cachivaches que extiendo encima de la mesa para recoger la conversación.
Levanto la mirada y se topa con una figura que da los dos últimos pasos hasta alcanzar el borde de esa mesa. En el primer impacto me parece encontrarme con un chaval. La camisa oscura de manga larga remangada hasta medio antebrazo y cayendo sobre el vaquero claro de corte a la última…, a la última tanto por la hechura como por el propio corte, sí, que abre una llamativa abertura sobre la rodilla derecha. Momentáneamente unas facciones familiares se ocultan tras unas gafas oscuras de montura negra y metálica. Se las retira del rostro y es cuando esa aureola que envuelve a las estrellas a las que más se admira le alcanza a uno generando un nerviosismo inoportuno que casi le hace perder la debida templanza.
Le ofrezco una mano que acepta con una natural simpatía y aprieta transmitiendo un tono absolutamente familiar que hace fácil el comienzo; sin embargo, también tengo la ocasión de percibir una presión ajustada al milímetro, con la misma precisión con la que enrosca el acelerador y con la misma firmeza con la que mantiene a raya las violentas sacudidas del manillar.
Portalmotos.-En tu caso particular y con un círculo familiar como el tuyo, casi lo raro hubiera sido que no te apasionasen las motos; pero me pregunto si hubo en tu niñez alguna estrella especial de El Mundial o de las carreras nacionales en la que te fijases, alguien que marcase esos años desde el punto de vista de la moto.
Invitado.- Lo he comentado otras veces: Realmente nunca he sido de un personaje, de un piloto en particular, siempre he sido un amante de este deporte. Me he divertido levantándome a ver las carreras de fuera de Europa y disfrutando desde Ángel Nieto, a Cardús, a Garriga, a Sito…, y nunca he tenido el patrón de un piloto. Se trataba del motociclismo en general y El Mundial como su expresión. Y la verdad es que de pequeño nunca pensé que lo haría; como en casa ya andábamos en moto, nunca vi el Campeonato del Mundo como un objetivo.
Portalmotos.-La segunda pregunta constituye un tópico ineludible cada vez que se habla con alguien sólidamente apadrinado. No cabe la menor duda de que una ascendencia como la tuya ha tenido que abrirte más de una puerta en tus comienzos; sin embargo, después, una vez que adquieres una identidad propia dentro de las carreras, me hago cargo de que hacer honor a una imagen y a un nombre como los de Don Paco debió de constituir una responsabilidad añadida.
Invitado.- En ese sentido he sido siempre muy franco: yo me siento muy orgulloso de donde vengo, para mí es un honor y un orgullo, como digo; y cuando me preguntan si creo que me ha favorecido o no, siempre he dicho que sí, que me ha favorecido; siempre digo que me ha favorecido, personal y profesionalmente, como persona a nivel de formación, y profesionalmente está claro que se me han abierto una serie de puertas que, probablemente, no se me hubieran abierto si no viniese de la familia de la que procedo. Y luego, a partir de ahí, yo creo que cada uno es responsable de su camino.
PM.- Sí, bien. Lo que ocurre es que la pregunta hacía más fuerza en la segunda parte, en si pesaba esa responsabilidad, para ti mismo, de tener una imagen como la de tu abuelo detrás.
Invitado.- No, no, para nada –con seguridad-; al revés era más bien un incentivo.
PM.- Esta tercera pregunta se la hago a todos los pilotos, pienso que es una buena forma de situarlos como motoristas. Hay pilotos que una vez que se internan en un circuito, que conocen distintas pistas y la seguridad que les confieren les resulta muy difícil salir con una moto a la ruta, a la calle; en algunos casos, incluso sólo conciben una moto con mayúsculas: La de carreras, el resto se les presenta ya como una deformación de ésta o meros medios de transporte. ¿Tú te has hecho así, sólo un motorista de circuito, o concibes la moto para todo uso y conduces alguna fuera de las pistas?
Invitado.- No, no. No es mi caso. A mí siempre me ha gustado la moto de calle, incluso cuando corría con las marcas, muchas veces disponía de algún modelo para mí y podía llegar a dar alguna vuelta. Lo que pasa es que, más que no querer, lo que ocurre es que estás todo el día entrenando encima de una moto y cuando tienes tiempo libre, además, lo utilizas entrenando en un circuito de cross, un circuito de dirt track –su voz adopta el tono para enumerar un infinito inventario-…, entonces estás como un poco más cansado de la moto; pero, para mí, la moto de carretera es realmente la base y yo creo que el extremo es el nuestro. A mí me ha gustado la moto de carretera, he hecho salidas con amigos en las que he disfrutado y no descarto ahora que estoy retirado retomarlo.
PM.- El rancho de Roberts, ¿es realmente esa especie de speed land que muchos nos imaginamos? Se dice que allí mantenía a Kocinski enclaustrado, haciendo vida absolutamente monacal para prepararlo a conciencia –se ríe con la gracia de un chiste mediocre.
Invitado.- Hace ya muchos años, pero recuerdo que sí, que estaba muy bien. Era una casa particular donde había un par de circuitos de dirt track con uno de motocross y otro más de super-cross. Y en cuanto al horario, sí, te levantabas muy pronto porque hace mucho calor y en las horas centrales del día no se puede rodar.
Me hallo frente a un piloto al que he seguido y admirado, con el que he disfrutado y vibrado; alguien que ha acariciado y desde luego merecido el título de campeón y que ha llegado a añadir dos veces el prefijo sub al entorchado mundial en su máxima categoría.
Sete Gibernau
Disipado el nerviosismo inicial, me parece percibir en las facciones enjutas de su rostro una sutil expresión de hastío, la breve y difusa imagen de alguien que desea cerrar un libro de su vida para comenzar a escribir el primer capítulo del siguiente.
HABLEMOS DE CIRCUITOS
PM.-Siempre me he preguntado cómo se encuentra la trazada buena en una pista tan ancha, tan inmensa para una moto, como, por ejemplo, la de Sepang. Imagino que es porque habrá varias…
Sete Gibernau.- Siempre que llegas a un circuito, lo primero es estudiártelo, saber cómo es y, antes de ir rápido, tienes que encontrar la trazada. Eso te lo da, lógicamente, la experiencia y hay una serie de bases que vas aprendiendo con el tiempo y que son aplicables a cualquier circuito, ya sea ancho, estrecho, largo o corto; y con más o menos margen de error siempre lo aplicas a lo mismo; lo que pasa es que, más que el ser ancho, es el hecho importante de que en un circuito rápido como puede ser Sepang u Holanda (antes de que lo acortaran), el error dentro de una curva lenta no repercute tanto en el tiempo como en una curva rápida. Eso es más determinante aun que su anchura.
PM.- Te iba a hacer la misma pregunta con respecto a Sanchesring, pero si ya me dices que tienes unos patrones comunes aplicables…
Sete Gibernau.- Sí, siempre que llegas a un circuito lo más importante es encontrar la trazada. Luego puedes ir cada vez más de prisa; pero lo que no sirve es pasar por alguna curva más rápido, si eso supone salirte de la trazada. Al final, la trazada siempre es algo sagrado que tienes que mantener.
PM.--Hay pasajes especialmente vertiginosos que ponen a prueba el temple del piloto y producen escalofríos en los más noveles; hablo tal vez de la Rabiata, de la bajada de Dodington o de R-130. Sin embargo algunas de estas curvas o alguna de estas zonas, como en un contrasentido, suponen una diversión extra para algunos pilotos. ¿Te ocurre tal vez a ti?
Sete Gibernau.- Sí, al final todos estos puntos críticos son los que marcan más la diferencia; y entonces es ahí donde más te tienes que esmerar. Por ejemplo, en Donnintong, que toda la bajada es ciega y no tienes referencias, hace ese paso más complicado, más difícil y por ello más atractivo.
PM- ¿Qué opinas de un paso tan particular como El Sacacorchos? ¿Crees que es algo más propio de otras especialidades de la moto y que busca por encima de todo dar espectáculo yendo en detrimento del pilotaje más puro o, por el contrario, lo ves positivamente como una forma diferente de poner a prueba la pericia del piloto y sobre todo la parte ciclo de las motos?
Sete Gibernau.- Sí, está bien. –duda por un momento-. Yo creo que es peculiar, todo el mundo lo conoce y ya es como parte de la historia de los circuitos del Campeonato del Mundo, y muchos pilotos que no han estado allí desean ir, para haber estado en el Sacacorchos, por lo que se dice, como otros clásicos de El Mundial.
PM.- Incluso, antes de ir a Laguna Seca por primera vez, oyes comentarios del tipo “Verás cuando llegues al Sacacorchos”…
Sete Gibernau.- Sí, exacto. Es así.
PM.- ¿Algún circuito en el que se sienta especialmente al público desde la pista, tal vez entre Peluqui y Nieto?
Sete Gibernau.- Desde luego Jerez. Jerez sobre todo. Sí, en ese aspecto es el que más.
PM.-¿Alguno que se te atragantase, que respirases aliviado hasta el año siguiente cuando terminaba la carrera?
Sete Gibernau.- Al final acabas con ese tipo de mitos cuando haces en ellos una buena carrera. Entonces te dices “Ah, vale: era por aquí, era de esta manera…” Una carrera con el grupo de cabeza te quita muchas veces los vicios que tenías en esa pista. Y por suerte he hecho carreras buenas a lo largo mi trayectoria en todos los circuitos. Si tuviese que señalar uno en el que tuviera dificultades ése era Mugello al principio; se me atragantó y luego, al final, se convirtió en uno de mis circuitos favoritos. Pero por ejemplo –su expresión refleja un repaso mental que va haciendo por todo el mapa y que dura largos segundos; hasta que por fin-... Sí, Laguna Seca nunca se me dio bien, fui pocas veces y nunca lo hice bien.
PM.-Y por último en este apartado. ¿Tienes algún circuito preferido?
Sete Gibernau.- Brno…, Philip Island, Jerez y ahora Mugello.
HABLAMOS DE LAS MOTOS
PM.- Creo que eres el único piloto que ha pasado por toda la variedad mecánica que ha desfilado hasta ahora por la categoría reina del Mundial, en la era contemporánea por así decirlo. Además cada una de esas motos parece haberse identificado con las distintas etapas por las que ha transitado tu vida deportiva encajando con la imagen que proyectabas en cada una de ellas, desde la del jabato con la 500 bicilíndrica –asiente mientras afirma en un murmullo- hasta la del señor con la MotoGP –confirma también con un siseo-. Repasémoslas una por una, si te parece.
En el caso de la 500 bi, ¿condicionaba más que otra cosa el fantasma del gripaje, sobre todo lógicamente en los virajes más rápidos?
Sete Gibernau.- Sí, alguna vez sí. En Australia se gripó un par de veces. Cortando en la curva que se cayó Dani
Pedrosa y también a final de recta; y no me caí. Gripó dos veces en los entrenamientos, pero luego lo solucionamos. En esa temporada, en la del 99, creo que era una muy buena moto. En el 98 tuvimos que adaptarnos a la que había, pero en el 99 hicimos una moto que a mi me gustaba mucho.
PM.- En el de la 500 tetra, corriste con las tres marcas japonesas, ¿quizá hablásemos de la potencia más crítica, la más abrupta y rabiosa de todas?
Sete Gibernau.- Creo que de la dos tiempos es la moto por excelencia. Yo creo que la más exigente de todas era la Screamer, no la Big Bang (Versiones del V-4), tanto en Suzuki como en Honda, en pretemporada te daban la oportunidad de elegir entre estos dos motores y en las dos ocasiones yo pedí Screamer, para mí era más propia, lo que ocurre es que luego los neumáticos derivaron hacia la Big Bang y debía elegir, lógicamente, Big Bang; pero a mí me gustaba el Screamer.
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