Hola a todos.
Hemos hablado con un piloto muy experimentado en carreras de resistencia como Josep Monge, también con un piloto en el punto intermedio de la carrera, como Javi Valera; ahora lo hacemos con un debutante. Santi Sanz ha participado en el CEV peleándose, para que os hagáis una idea, para estar en los puntos. Estas han sido sus primeras 24 H de Le Mans, y a buen seguro que han resultado muy, pero que muy especiales para él. Al final veréis por qué.
Espero que os guste.
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LAS SENSACIONES DEL NOVATO
Portalmotos.- ¿Qué tal has pasado la noche? ¿Cómo has dormido?
Santi Sanz.- Pues nunca me suelo poner nervioso y esta vez aparecieron los nervios. Incluso en los ratos que he dormido he soñado que fallaba.
Portalmotos.- Y lógicamente, te has levantado nervioso. Supongo que luego no has conseguido calmarte.
Santi Sanz.- No, en absoluto, todo lo contrario. Los nervios han ido subiendo a medida que ha ido avanzando la mañana.
Portalmotos.- Tal vez con el comienzo de los himnos hayas percibido que esto es de verdad, que ha dejado de ser una ilusión, un sueño en el horizonte.
Santi Sanz.-Con los himnos y en el momento en el que Javi (Javier Valera)y el equipo tomaban las últimas consignas se me ha venido todo un poco encima, he pensado que no daría la talla, que no estaría a la altura.
Portalmotos.- El momento de la salida quizá sea el que más te ha sobrecogido.
Santi Sanz.- En la salida me he subido a la tribuno y he agradecido no estar ahí, en la recta, en lugar de Javi, justo antes de echar a correr a por la moto.
Portalmotos.- ¿Y te has sentido aliviado una vez que ha arrancado la carrera?
Santi Sanz.- Tal vez los nervios se han calmado algo, pero no así el peso de la responsabilidad con todo el equipo. Esta presión ha continuado mientras duraba el primer relevo y ha aumentado aun más durante el segundo, mientras que Dailos estaba en pista, y a medida que se acercaba el momento de subirme a la moto.
Portalmotos.- ¿Y cómo has vivido ese primer relevo, ese primer contacto con esta carrera mìtica?
Santi Sanz.- Cuando me ha tocado salir a pista, ha sido segundos después del choque entre la Suzuki S.E.R.T y Víctor Carrasco y había entrado el Safety Car, algo que he agradecido porque me ha ayudado a entrar en carrera.
Portalmotos.-¿Y cómo ha ido todo durante esas primeras vueltas?
Santi Sanz.- No muy bien, no me he encontrado muy cómodo con el tren delantero; aunque seguramente serán manías mías, falta de confianza aún, porque dice Javi que la horquilla está bien.
Santi Sanz hizo unas vueltas magníficas en su siguiente relevo, el segundo, cuando apenas le faltaban dos para completarlo, sobrevino lo que más temía. A la salida de la chicane de arriba, abriendo al máximo en segunda, el neumático trasero no ha soportado la tracción y la moto le ha sacado por las orejas. Santi ha aguantado, se ha sujetado al manillar y manteniendo aún el equilibrio cuando ha vuelto a la verticalidad por delante del depósito y con las dos piernas por el lado derecho. Ha intentado aguantarla hasta que finalmente se ha cerrado el manillar y ha ido a parar al suelo.
Ha podido volver en marcha al pit line y le he visto cruzar el box como un ciclón de ira y frustración. La moto estaba dañada, el equipo ha empleado catorce minutos en repararla y ha perdido en total diez vueltas. Cuando ha vuelto a pista, lo ha hecho en el puesto 41 de la general.
Empezaba otra carrera.
La recuperación sicológica de Santi -principalmente dejar a un lado el auto reproche- ha llevado todo el intervalo hasta el siguiente relevo.
A las nueve de la mañana, Santi se bajó de la moto por sexta vez en carrera. Las manos ateridas de frío y el rostro demacrado por el agotamiento, pero todo lo cubre una pletórica sonrisa mientras recibe el aplauso de sus técnicos y mecánicos.
El equipo ocupaba el puesto 23.
Los últimos diez minutos de carrera se mantuvo en pista paseando la moto, como todo el pelotón, temeroso de una fatídica avería en el ultimísimo momento, y a las tres en punto cruzó la línea de meta, viendo más increíble que nunca esa bandera del ajedréz. Completó la vuelta más emotiva de su vida y entró en el pit line. Pero antes de encaminarse al parque cerrado, se detuvo delante de su box y en medio de una estruendosa algarabía fue agasajado y zarandeado por el desbordante júbilo de su equipo.
El puesto es lo de menos, 20 en la general, noveno en superstock.
Santi Sanz recordará, evidentemente, esta carrera como las primeras 24 Horas de Le Mans de su vida, pero mucho más allá de eso, se le quedará grabada la experiencia incluso puede que le haga madurar como persona, al haber podido conocer y sentir en unas pocas horas, la inconsolable amargura del error, la rabia íncontenible de la frustración y por otro el inconmensurable deleite del triunfo, el dulce momento de la llegada almidonado por un agotamiento calado y feliz.