Trágica carrera en San Isidro
La fiesta del aniversario del circuito de San Isidro acabó en tragedia. Un joven de 15 años, Adrián Aparicio, sufrió un gravísimo accidente y, al cierre de esta edición, se encontraba ingresado en estado muy grave en el Hospital Universitario de Burgos. Además, varios pilotos tuvieron que ser atendidos en Urgencias por diversas lesiones y contusiones.
El accidente ocurrió en la primera manga de la categoría Open, concretamente en la tercera vuelta. Adrián Aparicio se caía y otros tres pilotos le pasaron por encima sin poder esquivarlo. Al parecer, uno de ellos impactó con mucha dureza en el cuello de Adrián Aparicio.
Inmediatamente fue trasladado al hospital, donde fue atendido con un fuerte traumatismo craneoencefálico y torácico y su estado era de extrema gravedad.
Durante este traslado, muy dificultoso, su estado fue empeorando, ya que entró en coma y fue necesario intubarlo y reanimarlo porque había entrado en paro cardiaco. Nada más llegar al hospital entró en el quirófano ya en estado muy grave.
Además, hubo otros cuatro heridos durante la prueba que también tuvieron que ser trasladados al hospital y atendidos en Urgencias.
La competición, el Trofeo Nacional Ciudad de Burgos, servía para celebrar el 50 aniversario del circuito de San Isidro, y contaba con más de 100 pilotos inscritos.
La carrera se tuvo que suspender cuando aún quedaban por disputarse dos mangas a causa de los numerosos accidentes que se produjeron sobre la pista.
Eugenio Navarro, presidente del Moto Club Burgalés, apesadumbrado, lamentó lo ocurrido y no se explicaba el porqué de tantos accidentes.
«No sé si tenemos gafe, no sé qué ha pasado. Por la mañana, en los entrenamientos, ha ido todo de maravilla y por la tarde se ha torcido desde el principio. No me lo explico, porque el circuito estaba igual. Por la mañana no ha habido ni una sola caída, el médico no ha tenido que atender a nadie. Lo hemos regado más por la tarde, he hablado con algunos pilotos y decían que estaba bien. No sé a qué lo podemos achacar, si la gente entrena poco, viene a un circuito que está bien, le da mucho puño... y a la hora de la verdad no controla; porque otra explicación no encuentro yo. No ha sido una caída, han sido muchas», declaró.
El incidente en el que se vio involucrado Adrián Aparicio, ocurrido al inicio de la primera manga de la carrera Open, obligó a parar la prueba durante media hora. Era el primer percance, pero no el único.
Más tarde se reanudó la competición y cuando se disputaba la segunda manga Open, un nuevo accidente trastocaba los planes, empañaba el espectáculo y obligaba a los organizadores a suspender el evento antes de su conclusión.
Fue nada más comenzar la carrera, cuando una caída múltiple provocó que hasta cinco pilotos fueran atendidos por los servicios sanitarios.
Cuatro fueron evacuados también en ambulancia al Hospital Universitario de Burgos. Unos con problemas en el hombro, otros en la pierna y el más perjudicado, el palentino Adrián Rodríguez, con un fuerte golpe en el costado. Era el segundo percance importante de la jornada. No era el día. La prueba se daba por finalizada con dos mangas completas por disputar.
Todo ello sucedía en el regreso -tras varios años de ausencia- del motocross al circuito de San Isidro, que celebraba su 50 aniversario.
«Lo hacemos con toda la ilusión. Los chavales de aquí, de Burgos, querían que se pusiese el circuito otra vez en marcha, pero esto te trastoca todos los planes y te desmoraliza, y más, después de trabajar y meter horas y horas con todo el calor que ha hecho intentando que salga lo mejor posible».
Las palabras de Eugenio Navarro no auguraban un buen futuro para este trofeo. «A mí se me han quitado totalmente las ganas de seguir con este tema. Hemos tenido que buscarnos la vida, buscar la megafonía, las vallas, las máquinas... Ni un triste enganche para poder enchufar los equipos de cronometraje, ni una caseta. Hemos tenido que trabajar mucho y buscarnos la vida para poder cubrir esta carrera, que vale mucho dinero y mucho tiempo».
Mucho público
La afición burgalesa demostró que sigue siendo fiel al motocross pese al paso del tiempo. Ávida por rememorar tiempos pasados, la afición aprovechó el soleado día para volver a disfrutar con este deporte y vibrar con los saltos, la velocidad y la lucha de los pilotos por copar los puestos de podio. Razón principal por la que el representante del Moto Club Burgalés tuvo motivos para congratularse.
«La afición ha respondido de una manera increíble y que yo no me esperaba. No hay más que ver cómo estaba el circuito. Eso te alegra, pero te entristece que pasen estas cosas, sobre todo cuando alguien se hace daño», señaló el responsable del Motoclub Burgalés tras la prueba.
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