si si , Andorra.
Después de un invierno bastante trabajado a nivel físico, creía que estaba a punto para las primeras rodadas en circuito. Por razones que no vienen al caso, tuvimos que subir a Andorra unos días y Marc, sobrino que lo desvirgamos en Calafat hace unos años, me propuso la revancha...irnos por la montaña con algún hierro de tacos.
Dicho y hecho. El sábado después de un desayuno majete, me pasó a buscar por el apartamento. Saqué del baúl de los recuerdos la aparatología de "campo", las botas y casco son prácticamente nuevas, las protecciones apenas las usé un par de meses, y la faja apenas me cerraba
-el volumen de mi cintura se ha hecho mayor, como para jubilarse
-, pero aguantarían los riñones, espero.
Nos acercamos a recoger una KTM 300 y una Beta 250. Previo revisión de niveles, presiones, engrase y demás, una patada -las dos iban por motor de arranque a pedal- y las primeras sensaciones fuertes. Yo hacía muuuchos años que no cogía una de trial, así que empecé con el bicho de la endurera. Eso empuja mucho.
Salimos de Encamp hacia Anyós, todo por caminitos, alguna pista, fácil. De allí cogimos un sendero que nos subió hacia la montaña que separa Canillo de Ordino. Uffff, con el purasangre que llevaba entre las piernas, empezaron los sustos. Mucho barro, pues todo era bosque y matorral, nieve, algo de hielo, aquello empezaba a subir, y el pobre Marc me iba controlando. Paramos y me cambió el medio de transporte. Ésta es más fácil y docil, que el desbocado que llevas...pero tienes que ir de pié.
Intercambiamos monturas y con la Beta mejor. Nos adentramos por una trialera sencilla, con mucha pizarra suelta, bastantes raices y troncos en el camino, y 1ª enganchada. En apenas 15 minutos que llevábamos, en medio de una lengua de nieve, patina que te patinarás, no conseguí sacarla. Tuvo que venir a rescatarme. Le falta tracción, solo tienes que empujar con el culo o tirarte para atrás. Me la colocó en el sendero y durante unos quilómetros, más o menos le seguí el ritmo. La verdad que esas suspensiones se lo tragaban todo...a mi ritmo. Pero con el ánimo ánimo no conseguí mantenerla por el trazado y me metí en el bosque, sin posibilidad -mía- de encaminarla. Sudando ya la gota gorda, y con síntomas de cansancio real. Vuelta a bajarse de la austríaca para que no me diera un soponcio.
Mira, ahora cruzaremos un campo, un par de senderos y una trialera fácil, aunque encontrarás una piedra en el camino, tú sin miedo, me sigues y cuando tengas la rueda delantera arriba con un golpe de gas acabas de subir...
iba unos 15 metros delante mío, le veo como sube con la KTM y cuando me armo de valor para atravesarla, se me aparece el ángel de la guarda
para ! quieto ! donde vas ?!, instintívamente clavé ambos frenos y me paré a pié del monolito, que me parecía la muralla china. Paso, aunque me considere un cobarde, quiero empezar la temporada con todos los huesos intactos. Vuelta a subirme Marc la moto. Además con una facilidad pasmosa.
Cogimos un sendero, muy estrecho y me dije: si él pasa yo también. Le incrusto la 3ª y venga sortear piedras, surcos, charcos, raices salidas, algún faldón, incluso me permití hacer algún caballito -involuntario totalmente-, ya que por la inercia que llevas -a 40 ó 50 kms/h no os penséis-, en cuanto la rueda trasera pierde tracción de la tierra y se hunde en la nieve, patina...hasta que toca otra vez tierra o arena, tracciona y levanta la rueda...y yo agarrao al manillar como un
, que si no me descabalga.
Es una moto con muchos bajos, desde ralentí empuja y muy manejable. Coronamos en la cima, con mi temperatura corporal ya al rojo vivo. Paramos eché un poco de refrigerante a mi cuerpo y le pedí descansar unos minutos. Chorreaba por todos los poros de mi cuerpo...continuará...