Exactamente, se trata de disfrutar de los amigos que seguramente entre semana no ves, y con los cuáles puedes hablar de motos y desconectar de la vida cuotidiana.
A mi también me ha pasado que ahora veo la carretera de otra forma, pero sigo saliendo.
Mi hermano en cambio ya no pisa la calle.
Por la calle disfruto igualmente, pero ahora es más por el placer de conducir que de ir rápido.
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