Pues está finiquitada la última de la temporada ya. Casi de milagro, pero no anticipo acontecimientos, ya sabéis que soy un tipo ordenado. Después del 1 el 2...y así mejor todo por orden cronológico.
Me remonto a un par o tres años atrás
...eso es cierto, con nuestro compañero de foro nandito, hemos coincidido en varios circuitos, discutido en varios post, enviado algún mensaje, visitado aunque fuera de médico...en fín, que acordado que a la primera ocasión que pudiéramos, rodaríamos juntos. El hecho de vivir a 413 kms uno del otro no ayuda, y las agendas de las respectivas profesiones tampoco son muy compatibles. Total, que al fín se alinearon los astros, y después de intentos fallidos acordamos 2.12.18 en Cartagena. Territorio contrario para mi.
Con tiempo organizamos viaje, hablamos con el organizador y después de unas semanas muy intensas en la oficina, no solo por las lluvias, los mercados después de severas correcciones, parecen que se apuntan al rally de fin de año, y se debe estar encima, ir comprando...nada que me voy del tema.
Total, que salgo el sábado prontito, después de desayunar y pasar por el Expansión, hacia Murcia. Tengo un par de entrevistas con clientes por la tarde, y el domingo
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Viaje fácil y tranquilo, temperatura fresquita, sol, tráfico moderado, café en Font de la Figuera, y cojo la autovía hacia Villena. En esos cambios de rasantes, adelantando dentro de los límites muy al límite eso sí, mi K8 siguiéndome como si estuviera enganchada
, un repartidor/transportista creo que con una Berlingo o similar, iba despistao con el móbil, se sale del carril viniéndose hacia el mío, volantazo hasta casi el guardarrail, un golpe de pito que parece lo despertó de su letargo, y por suerte no hubo que lamentar víctimas. Otra vez el ángel de la guarda estuvo haciendo su trabajo, más que bien. Si llego a dar a 120 kms/h contra la valla metálica con el remolque pegado al culo y la furgo al otro lado haciéndome un bocadillo...
. no sé que hubiera pasado, pero bueno nada.
Con el corazón bombeando a ritmo de crucero otra vez, me direcciono a casa Manolo que llamamos, aunque se llama El Rosarito. Local especial y totalmente aconsejable para comer, desayunar, almorzar o picotear. En la entrada de Murcia. Nos deleitamos con ese arroz de gambas con rovellones, saludamos a ese gran personaje que es Manolo, motero también pero muy limitado de tiempo libre entre el trabajo y casa...
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La tarde se pasó tranquila, cumpliendo los compromisos laborales, cenita light y a las 7:00 de la mañana siguiente hacia el Rosarito de nuevo. Me despido de Jose dándole las gracias por la acojida en su casa y sus inmejorables tratos, siempre. Enfilo hacia Cartagena, sol claro sin un solo nubarrón, enviado un wsup a nandito para que me diga en que box está instalado, ya que creía que iba un poco justo de tiempo...