Sin importar la nacionalidad del organizador o el idioma con el que se realice la comunicación.
Abrir una pista con tal cantidad de agua que no sirven ni los peludos se puede tildar de cualquier cosa menos de seguro.
Eso sí, mientras van saliendo algunos incautos para aprovechar el día, el organizador va haciendo buena caja montando gomas de agua para el resto que se va animando.
El negocio duró hasta que los pobres incautos al volver de pista avisaban de que era imposible rodar.
|