Hola a todos.
Sí, sencillamente, no me lo creo.
No me creo que haya acabado las 24 horas de Montmeló, pero sobre todo no me creo que haya estado metido en una carrera así. Ilusión y pasión, sí, desde luego; pero mucha, mucha presión para poder colocarme en la parrilla de salida, mucha tensión para sostener la concentración.
Y desde luego miedo, miedo sin tapujos ni medias tintas, un miedo casi constante que he tenido que sujetar y controlar en cada relevo para mantener la moto dentro del asfalto, mantenerme dentro de la pista, porque más vale que no te salgas en unos cuantos puntos. En las 24 Horas se va increíblemente de prisa, por el día, ¡y por la noche!. Poca broma. Ninguna.
De hecho, también pasé por el trance de lo que es una caída en resistencia, la que posiblemente haya sido la caída de mi vida, viéndome volando cabeza abajo a las 7 de la mañana
En fin. Lo contaré.
Muchas gracias a todos los que habéis seguido esta serie. Ahora llegarán los que creo los mejores capítulos.
