Después de una larga espera -más de tres meses sin rodar-, por motivos climáticos, mecánicos, laborales y de más índole kafquiana, llegó el dia. Prometía buen tiempo según previsiones que revisaba cada poco -no vaya a que me los cambien como la última vez en Cartagena-, y cumplió con creces. Todo más que preparado y revisado, colocados a todos los de casa según concienzudo y premeditado estudio, y a las 7 am, estoy con el zumo de naranja, enganchando el remolque. Llevo a destino, saludo a Tomás y me insta al box 22, con solo 4 motos...de lujo. Abren pista, y como refrescaba, reviso presiones, etc...paso de la 1ª tanda. Minutos antes de la 2ª, enfundado y preparado, allá que voy. Vueltas iniciales, para tantear referencias y nuevos cambios introducidos a mi K8, todo bien. Después de provar varias opciones de marchas, al final decido abusar de la 2ª -voy con un desarrollo muy largo, pensado para Montmeló-, y al acabar empiezo a sentirme cómodo. Estiramientos en cada entrada, algo de líquido y aparece una agradable chica, preguntando por si queremos reserva en el comedor...eso es trabajar bien! pienso, es que no parece el país en que vivimos. En la siguiente, miro de engancharme a una Kawa, que iba finísima, pero con el apelotonamiento en la salida, no puedo. Ritmo al alza, me pasa otra Kawa como un mísil, que apenas la aguanto un par de curvas, que me sirven para darme cuenta de que la curva 3 la hago demasiado abierto y la 4 lento
. A mi aire sigo, hasta que una R6 blanca/roja me apura el final de recta límpiamente. Me agarro a su colín y durante un par de vueltas veo un par de sitios que me saca unos metros y donde los recupero, aunque la verdad, iba con el agua al cuello...suerte de esos 5/6 caballitos que tenía de más y los sacaba a pasear en la recta y contrarecta...hasta que llegamos a un grupito de 5/6 motos, que él las pasa fácil. Yo me entretengo en el encuentro, y mi prudencia a veces excesiva, hace que
. Dan banderazo por una caida en la bajada y me retiro a vestirme de calle, total por 5 minutos que quedan, me adelanto a comer. Bien servido y comido, me tomo un cortadito y voy a por los quehaceres habituales, gasolina, presiones y quito algo de muelle delante. Tanda muy desértica, hasta el punto que me levanté varias veces a mirar, para ver si rodaba solo o había habido alguna caída y no me había enterado. Apuro hasta el fín los 30m, cómodo y a gusto, aunque ya empieza a hacer mella el cansancio. Gomas bien gastadas, sin sustos...
. Hasta la fecha, todo a pedir de boca. Estiro bien los antebrazos y cuello, puntos más débiles, acabo de leer el libro que me traje...que casi me hace llorar, por cierto. Y me suena la alarma, faltan 5m para entrar. Allá que voy, muchos más "mequetrefes" con motillos 300 cc, y en un par de vueltas, ya a velocidad de crucero. Oigo un estridente ruido detrás, hasta que me quita un par de adhesivos la ZX10 del compañero de box en la contrarecta...se va largo en la frenada, y le paso yendo por la trazada "ortodoxa", saliéndome de ella para cederle el paso, pues era claro que iba más rápido que un servidor, e intento seguirle. Hasta la chicane, lo mantengo a la vista, pero abre gas ostensiblemente antes que yo en todas las curvas, y "eso" acelera como un demonio. Durante 2/3 vueltas iba a piñón, a su estela...hasta que apurando una "miaja" la de entrada a meta, estuve a punto de colarme, y seguidamente la otra gran frenada, abusó de mis brazos y noté que ya no tenía el cuerpo para bollos...como el horno vaya. Con lo que decidí, que a fin de tanda, ya había cumplido el objetivo: pasarlo bien, hacer 250 kms, y probarme físicamente al comienzo de la temporada. Cayó algún 47', sostenidos 48', tengo gomas para Montmeló en unos días, y las nuevas pastillas frenaaaaaaaan más de lo que puedo digerir. Cargar bártulos, agradecer a Tomás su buena organización y saludar a un viejo amigo, y hasta la próxima que será la siguiente.
