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Anterior 10-sep-2015, 16:11  
Moriwoki
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Predeterminado ¿Cuánto corre, cuánto frena, cuánto da de sí una Cafe Racer?



Hola.

Estoy seguro de que más de uno os habéis hecho esta pregunta al contemplar cualquiera de estas obras escultóricas. Para responderla, hemos tomado una de las creaciones más emblemáticas y radicales y nos hemos ido con ella al circuito, sí, al circuito para someterla a una auténtica prueba de fuego, teniendo en cuenta que la mayoría de estas motos están diseñadas para la exhibición, para ser admiradas en parado, generalmente.

Y aquí, en este reportaje no sólo está el resultado, además de ello, os invito a a dar una vuelta al circuito en una cafe racer yendo... bueno, pues ya veréis a qué ritmo de pista.

¡Ojo y muy importante! Todos los calificativos y todos los comentarios toman siempre como referencia lo que es y lo que representa esta secta del cafe racer dentro del mundo de la moto y nunca nunca una comparación con cualquier máquina de carreras, de super motard, ni siquiera con una deportiva actual. Quiero decir que al hablar de ligereza o de soltura, por ejemplo, siempre se hace teniendo en cuenta las dimensiones, formas y geometrías de esta moto y de las de su clase.

Espero que os guste.
Muchas gracias.





Harley 1.2 Radical Cafe Racer by Capital

Sólida y corpulenta, plantaba su figura retadora sobre el vestíbulo del servicio técnico. Clientes y proveedores, repartidores y comerciales de Capital -concesionario Harley Davidson de Madrid- no podían sustraer su atención al magnetismo de sus formas, y resultaba imposible a cualquiera que desfilara por su costado negarle siquiera una sostenida mirada de admiración. A mí me ocurrió lo mismo, claro está, y, dado que fueron varias las ocasiones en las que, por compromisos profesionales, tuve que pasar ante su figura, pude admirarla y deleitarme la vista con cualquiera de las perspectivas que regala a quien se detenga a contemplarla. Pero fue más tarde, al repasarla al detalle, cuando surgió una vez más la pregunta que me he hecho muchas veces.



Las cafe racer son motos clásicas pretendidamente deportivas, motos retro o motos neoclásicas, como quiera definirse; motos, en definitiva, que exhiben como sello de identidad una estética perfilada, modelada y detallada, una estética que penetra de lleno en el terreno escultórico y que les lleva en múltiples ocasiones a competir en certámenes de belleza, a lucirse en exposiciones o a insinuarse como reclamo en garitos nocturnos. Una secta que representa otra auténtica corriente del gusto artístico por la moto. Sin embargo...

¿Hasta qué punto las cafe racer ofrecen un digno comportamiento deportivo?

Una pregunta que tomaba incluso más énfasis al contemplar esta criatura, observando la garganta de su rueda trasera, casi tan generosa como la de una muscle bike, y la robustez de su basculante, sólido y ligero, con apariencia de Super Bike. Fue entonces cómo, a base de una visita tras otra a Capital y de la valoración positiva que allí iban haciendo de los reportajes publicados en Super7moto, se me pasó por la cabeza una descabellada proposición, y más allá de eso, también el atrevimiento de dejarla caer. Y así fue cómo abordé a Javier Peñas, a la sazón, jefe del servicio técnico de Capital, y le propuse:



-Verás: si me la dejaseis, haría con ella un reportaje distinto, algo especial. La llevaría al circuito, y allí comprobaríamos hasta qué punto es efectiva. Veríamos si corre, si se aguanta, cuánto frena, cómo entra en las curvas, qué tal hace los cambios de dirección...
Esperaba cualquier evasiva por respuesta, argumentando una de las cien razones que se me ocurrían, adornada por una cortés sonrisa. Yo replegaría velas y me marcharía a casa con la tranquilidad de haberlo intentado. Sin embargo y para mi sorpresa, detecté de inmediato una viva chispa de interés en la mirada de Javier, que esbozaba la resplandeciente sonrisa de un inesperado entusiasmo.

-Déjame que lo consulte con Jesús, y te digo algo.

Apenas un par de días después, tuve que volver por allí, por Capital, y en esa ocasión, coincidí con Jesús De Juan, el gerente del concesionario. Una vez hechas las presentaciones, y aunque él ya estaba al corriente, le repetí una descripción de lo que pretendía hacer y de cómo sería finalmente el reportaje que publicaríamos en Super7moto. Jesús, casi a renglón seguido y ante mi perplejidad, dejó caer un par de frases para concluir con una tercera que me llegaría como la punzada de un verdadero desafío:

-Pues la pelota queda en tu tejado: El día que nos digas, la tenemos preparada y te la llevas.

¡Caramba! ¿Y ahora qué hago? Fue la reacción que me cruzó el cuerpo al sentir sobre mi mano la patata caliente que acababan de pasarme. Luego tuve un par de minutos para recuperar el resuello dentro de mi mente, mientras Jesús me daba algunas explicaciones sobre la cafe racer; momento que aproveché, de alguna manera, para iniciar el reportaje al preguntarle por el origen y la razón de ser de esta singular creación.



CONTINÚA EN...

http://super7moto.com/directorio/ind...a-a-fondo.html
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