Dani, para lo poco que hablas en persona, sientas cátedra cada vez que escribes.
Quiza porque también nosotros somos moteros, quiza porque podemos entender la gravedad de la situación nada mas ver esas terribles imágenes, quiza por ver a un chico joven, de la edad del propio Dani, perder la vida en un instante haciéndo lo que mas le gustaba, creo que a todos se nos heló la sangre con el accidente en San Marino.
Personalmente, apenas pude reprimir las lágrimas y con sus palabras, Dani me ha recordado un momento muy triste para los amantes de las motos en particular y para cualquiera con un mínimo de sensibilidad.
Como muy bien dice Dani, el mejor homenaje que podemos hacer a Shoya y todos los que han caido víctimas de esta droga, esta pasión, este sin sentido que son las motos, es precisamente... dar gas.
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