Este texto, en la mayoría de los casos, desvía siempre la atención hacia los porros (hacia el alcohol no porque no dejan pasarlo al recinto, ahora, antes sí). Probablemente no esté bien redactado.
La cuestión no es porros sí, porros no, alcohol sí, o alcohol no, hombre, no. Yo hace mucho que no fumo porros porque evito la posibilidad de volver al tabaco, pero ya me gustaría compartir alguno de los que se fuman muchos de mis amigos. Por otro lado, me encanta el güisqui y la cerveza, y los tomo de vez en cuando, y me cojo mi punto algunas veces. Es para mí un placer, así de claro.
Pero la cuestión secundaria es otra: la cuestión es si vas a un gran premio a correrte un fiestón de espaldas a la pista, como si estuvieras en una zona de copas e ignorando la carrera o si vas a un GP a disfrutar del pilotaje más refinado que se pueda contemplar hoy en día, a vivir el espectáculo.
Y la cuestión principal es que yo no comparto la grada con un personal que ovaciona la caída de un piloto, sea quién sea, y no digamos nada con quien se le pase por la cabeza lanzar nada sobre la pista o sobre la moto del rival de su piloto favorito.
Seguiré yendo a las carreras, desde luego. Y por supuesto que no me molesta, en absoluto, el que se siente a mi lado una persona que no conoces las motos: me ha ocurrido muchas veces y le he explicado encantado algunas de las claves para entender las carreras. Sí, lo seguiré yendo a las carreras y, por supuesto que llevaré a mi hijo, pero ya me buscaré otra zona al margen de estos comportamientos. Me refiero a los que no aprecian y faltan al respeto del trabajo de los pilotos, y sobre todo a los que son capaces, aunque sólo sea en el pensamiento, de comprometer su seguridad.
Para concluir:
No pretendo llevar o tener razón con este post. Eso no me importa demasiado. Para lo que me sirve, en realidad, es para tomar el pulso, para saber cómo piensa el colectivo de la moto.
Muchas gracias por vuestros comentarios, compaeñeros.
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