Acelerones en frío: crónica de una muerte
me he tenido que resgitrar para explicaros mi gran cagada con mi segunda moto
entonces tenia 20 años y estaba estudiando en la universidad.
usaba una Honda CBX 125, una pequeña joya monocilindrica de 4 tiempos que nunca tuvo éxito por los problemas con el sistema eléctrico a 6 voltios.
(después le lavaron la cara llamándola 125 4 stroke, pero basicamente era "el mismo perro con distinto collar")
yo entraba en clase a las 8 de la mañana, y a las 7:50 salía de mi casa motorizado, que dista unos 7 kilometros de la facultad.
como el niño iba con prisas, nada mas arrancarla, a empujones porque el pedal decia que no, le pisaba el rabo para llegar a tiempo a clase.
y asi hacia tooodos los dias, apurando la segunda y la tercera con el motor muy frio y una temperatura exterior de unos 2 o 3º
En pocos meses, la moto perdió bastante compresión.
cada dia que pasaba, la nube de humo blanquiazul que me perseguía era mas grande... tanto que llegué a tener que rellenar el aceite del cárter a diario, antes de arrancar la moto.
cuando tomé precauciones y empecé a cuidarla era ya tarde... la holgura de los pistones era bestial y perdió bastante fuerza, tanto que era incapaz de subir una calle en cuesta con dos personas y en segunda con ayuda del embrague.
sus 14 caballos estaban agonizando. y el gasto de aceite dinamitaba mi bolsillo.
un buen día, (mal día para la moto), la moto se fué parando, no subía de revoluciones y las marchas se apagaban poco a poco, hasta ir reduciendo de marcha para que puedise seguir andando, en llano, era el final... la ultima voluntad de su vida. Se paró y no volvió a arrancar.
después de dejarla olvidada unos meses en un cocheron, decidí darla de baja y venderla por 10 mil pelas de las antiguas para piezas.
Reconozco que fui un perfecto gilipoollas inexperto y desaprensivo.
antes de la honda, pase mi adolescencia sobre un vespino ALX (bendita moto) que vendí a un pavo que me ofreció bastante por ella. Incluido el Leovinci que le puse pocos meses antes y que cambió por completo la personalidad del vespinillo, a peor.
despues de la CBX tuve una NSR 80 de segunda mano, que no salió mala, pero que es para lo que es, para los niñatos ligones en la puerta de la discoteca a los que luego papaito les comprara un buga a los 18 o 19 añitos.
Hoy disfruto de una Suzuki GS500, una bendición de moto. Y no volveré a repetir los errores que cometí. Le he hecho 60000 kms y va como la seda.
¡Las motos tienen vida! CUIDADLAS
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