Lo más lógico es que los quites.
Piensa en una caida (Dios nos libre, aventurados nosotros que volamos sobre las rayas negras serigrafiadas en la tierra embejecida).
Ya no solo en que se te rompan y los tengas que poner nuevos... y gastarte una pasta.
Lo malo es, como he dicho antes... Dios nos libre, tener un resbalón en plena pista y cascarlos. Entonces ya... puede haber problemas en el asfalto y ocasionar algún que otro percance más.
Mi recomendación: si puedes, quítalos.