 Por Cristian Ramón Marín @Crms74 | Google+ |
Parece que el Gran Premi Monster de Catalunya 2016 supondrá un antes y un después para el mundial de motociclismo. No solo por el trágico accidente en el que perdió la vida Luis Salom. También porque la guerra fría entre Marc y Valentino ha rebajado su tensión, porque el de Repsol Honda supo anotarse unos puntos valiosos para el campeonato y porque Jorge Lorenzo sufrió la embestida de Andrea Iannone. Ahora, el vigente campeón es segundo en la general, pero la pelea por el título se vuelve a apretar.
El segundo tercio de la temporada 2016 se inició sobre el asfalto de Barcelona, y los pilotos de la categoría reina han completado un test que, para muchos, resultaba clave de cara al resto de la temporada. Es hora de centrarse en lo deportivo para poner todo en orden. Vamos allá.
Los tres candidatos
Como era de esperar antes de que arrancara la temporada, los pilotos de Yamaha han mantenido su nivel y están inmersos en la lucha por el título. Aún es pronto, pero es importante no quedar descolgado teniendo en cuenta cómo se ha desarrollado la temporada. Márquez ya cuenta en su casillero con un cero, mientras que Lorenzo y Rossi tienen dos. Lo dijo Dennis Noyes: “El piloto que gane el Mundial de MotoGP este año tendrá, creo yo, 2 o hasta 3 ceros. Me lo dice la nariz”. De momento, el hecho de puntuar no ha sido tan importante como en otras temporadas. Todos han cometido errores y eso relativiza los resultados. Pero no lo olvidemos: dos ceros en mal momento pueden alejar a cualquiera de la corona.
Hasta el parón de verano quedan dos Grandes Premios (Holanda y Alemania). En 2015, el que mejor resultados consiguió en estos trazados fue Marc Márquez, con un segundo puesto en Assen y una victoria en Sachsenring. El de Cervera consiguió un total de 45 puntos, mientras que Rossi se adjudicó 41 y Lorenzo 29. La diferencia respecto a la temporada pasada es que Marc llega líder de la general, con el vigente campeón’ segundo y ‘Vale’ tercero. La Yamaha, además, no es tan fiable como entonces y la Honda sufre mucho (muchísimo) en aceleración. Las cartas de las que disponen son muy diferentes.
El test de Barcelona
Márquez es uno de los pilotos que más se ha quejado del rendimiento de su moto. La RC213V no es capaz de transformar toda la potencia de su motor en tracción y sus pilotos sufren falta de aceleración. Basta con ver los últimos metros de la carrera en Mugello para darse cuenta. El 93, además, dejó clara su situación tras quitarse el mono: "No acabaré carreras cogiendo estos riesgos".
Las conclusiones que se pueden sacar tras el Gran Premi de Catalunya son escasas, pero valiosas: Jorge Lorenzo sufre en trazados lentos (Montmeló, con la configuración para F1, lo es), Rossi es el más rápido en situaciones de calor (la situación de la pista en Barcelona era casi idéntica a la de Jerez), y Márquez arriesga, pero piensa en el título mucho más que en tiempos pasados.
“Es un test realmente importante para todo el mundo, pero especialmente para nosotros, porque normalmente lo que eliges lo tienes durante toda la temporada”, reconoció Marc, antes de asegurar que su moto es la misma de Qatar. La única modificación introducida en lo que va de año es “pequeña” y en el apartado de la electrónica común.
Cal Crutchlow (1:43.963) dominó el #BarcelonaTest por delante de Jorge Lorenzo, Maverick Viñales y Andrea Iannone. Aleix Espargaró completó el top cinco, seguido de Barberá. Márquez fue séptimo y Dani Pedrosa acabó en la décima posición, justo por delante de Valentino Rossi. La diferencia entre el italiano y el primer clasificado era de 1.5 segundos.
Stefan Bradl, Bradley Smith y Marc Márquez fueron los pilotos que más rodaron, con 82, 78 y 77 vueltas respectivamente.
Resulta significativo que ningún piloto optara por hacer simulacros de carrera. La tanda larga más consistente fue para Marc Márquez, que rodó durante nueve giros en ritmos de 1:45 medios y altos. Crutchlow no dio tres vueltas consecutivas en el mismo segundo, aunque su tiempo de referencia fue dos segundos más rápido que la vuelta rápida en carrera (Maverick Viñales, 1'45.971) y se quedó a cuatro décimas de la pole de Márquez.
¿Qué probaron las fábricas?
Honda
Márquez probó “bastantes cosas, entre ellas un chasis y algunas soluciones electrónicas”. Aunque en el comunicado de prensa de su equipo dijo que habían dado “algún pequeño paso adelante”, reconoció ante los periodistas británicos que esperaba más de la jornada de pruebas. El nuevo chasis “va mejor en algunos puntos, pero en otros no se adapta” al estilo del bicampeón. Los datos recogidos servirán para que los ingenieros busquen nuevas soluciones y, por eso, se muestra “optimista”. “Está claro que me hubiera gustado salir de aquí con algo más, pero también es cierto que los circuitos que van peor (Jerez, Le Mans, Mugello y Montmeló) ya los hemos pasado, y los que vienen ahora se adaptan mejor. La configuración de la moto también nos puede ayudar”, dijo a Motorsport.
Pedrosa también montó posibles mejoras para el chasis, y también alguna configuración de la electrónica y del motor. El objetivo era claro: mejorar la salida de las curvas. Tras bajarse de la moto, se sinceró: “Algunas pruebas han ido bien y otras no tanto, pero nos ayudan a tener más ideas de cara al futuro, porque hemos tenido alguna experiencia positiva. Desafortunadamente he tenido una caída a mediodía, con lo que sólo he podido seguir con una moto y no he podido hacer muchas más vueltas".
Yamaha
Rossi testeó un nuevo chasis para su M1 y dedicó tres horas para colaborar en el desarrollo de los Michelin tyres, mientras que Lorenzo, según el departamento de prensa de su equipo, “dedicó la mayor parte de la mañana a acostumbrarse a las nuevas piezas, antes de buscar el ritmo al principio de la tarde”. El equipo oficial de la fábrica de los diapasones no ha ofrecido más información, y hoy, martes 7 de junio, disfruta de un test privado sobre el asfalto barcelonés.
Suzuki
El objetivo de los de Hammamatsu en el test era “verificar los datos obtenidos durante el fin de semana y comparar los diferentes settings que habían sido desarrollados”. Además, se probó una evolución del chasis que probaron en Valencia hace un par de semanas.
Espargaró también centró su trabajo en el set-up y la configuración electrónica. No terminó la carrera del domingo por un problema en este apartado y su equipo decidió estudiarlo. La información que consiguieron, de acuerdo con el comunicado de prensa que han lanzado, les ayudará también a gestionar mejor los neumáticos. Respecto al armazón de su moto, comentó: “Por la mañana utilicé el chasis evolucionado y tuve los mismos problemas que durante el fin de semana. Y entonces, por la tarde, volvimos a la versión estándar, con nuevas configuraciones, e inmediatamente me sentí más cómodo y el tiempo por vuelta bajó rápido”.
Maverick, en cambio, no utilizó la última versión del chasis durante el Gran Premio, pero se sintió mucho más cómodo cuando lo probó en el test: “Realmente, me siento más confiado con él. En comparación con el ritmo de la carrera, pude mejorar mucho y las sensaciones generales también son mejores. Mi petición era tener más grip detrás -n.d.r.: la de Aleix era encontrarlo delante-, y Suzuki trabajó para modificar el chasis y ser más eficientes. Ahora tengo más confianza a mitad de curva y eso me permite ser menos agresivo con los neumáticos”.
Ducati
De momento, la fábrica de Borgo Panigale no ha revelado información sobre las pruebas que llevaron a cabo.
Aprilia
Álvaro Bautista, que en Barcelona consiguió su mejor resultado (un octavo puesto) en lo que va de temporada, montó en su RS-GP nuevos neumáticos. Estaba “satisfecho con ellos”, porque mejoraban el comportamiento tanto en el tren delantero como en el trasero. El resto del trabajo se orientó al chasis y la electrónica, con vistas a la carrera de Assen. Bradl habló de “numerosos cambios” en el chasis y aseguró que necesitan muchos tests para mantener la evolución de su prototipo.
El límite de motores: ¿Factor decisivo?
Tras la rotura de motor de Valentino Rossi en Mugello, la limitación de siete motores por piloto y temporada volvió a ocupar el centro del debate. ¿Serán suficientes esos siete motores? ¿El factor técnico volverá a decidir una carrera de esta forma?
Por ahora, lo único que se puede hacer es recordar que el límite de propulsores ha subido (de cinco a siete) respecto a 2015, guardar la bola de cristal y analizar los hechos. De acuerdo con Germán García Casanova, la situación antes de la carrera en Barcelona era la siguiente:
- Valentino Rossi ya ha utilizado el quinto motor. De hecho, es el que utilizó durante la carrera de Montmeló
- Jorge Lorenzo, a pesar de la rotura durante el WUP de Mugello, ha abierto cuatro propulsores
- Márquez ha usado al menos cuatro motores (el último fue estrenado en Jerez), y Pedrosa al menos dos
Lo llamativo de esta situación es que en dos GG. PP., el staff técnico de Rossi se ha visto obligado a abrir dos nuevos propulsores. Hasta Le Mans solo había empleado tres, y los planes de la fábrica de Iwata se han visto trastocados. La fiabilidad ha sido clave en el inicio de la temporada 2016. Parece que nos habíamos acostumbrado a que las carreras se decidieran encima de las motos, no dentro de ellas.
