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Carta abierta de un aficionado italiano tras los pitos a Lorenzo por su caída en Misano

Publicado el 15/09/2015 en Mundial de Motociclismo

lorenzo caida misano

Por Alfonso Somoza
@sukosomoza
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Jorge Lorenzo vuelve a ser, una vez más, objeto de una nueva polémica por culpa de los pitos que el mallorquín recibió en Misano tras su caída. El bicampeón del mundo de MotoGP perdió el control de su Yamaha M1 tras el segundo cambio de moto, ya con configuración de seco, y se fue al suelo al tratar de seguir la estela de Scott Redding, que le había adelantado segundos antes.
 
El español no sólo tuvo que soportar el remordimiento interno de haber sufrido una caída en plena batalla por el título, a lo que se sumaba el dolor físico en su mano derecha. Además, tuvo que aguantar los pitos de los miles de fans italianos que agolpaban en ese sector, la mayoría de ellos seguidores de Valentino Rossi, que inexplicablemente, se alegraron de la caída de su rival.
 
Afortunadamente, no todos los espectadores que acudieron a Misano aplaudieron la caída de Lorenzo. Muchos de ellos lamentaron el incidente, y alguno incluso se avergonzó de la reacción de sus compatriotas. Un buen ejemplo lo protagoniza Max Temporali, ex-piloto y comentarista de Mediaset, que ha escrito la siguiente carta abierta en su página de Facebook, donde recuerda con nostalgia los tiempos en los que se apoyaba a cualquier piloto tras una caída, y lamenta que las motos se empiecen a parecer cada vez más al fútbol:
 
"He pasado años viendo las carreras desde la grada, desde que iba a primaria. Soy un espectador más. Ver las carreras en directo, para un apasionado, es una alegría infinita. El rugido llega desde la parte opuesta del circuito, la mayor parte del tiempo sientes más que ves. Sientes la emoción de un adelantamiento que luego lamentas no poder verlo a cámara lenta. A veces, cuando mirabas a la entrada de la curva, podías escuchar una moto arrastrarse sobre el asfalto para luego terminar en la grava".
 
"La tribuna enmudecía, sólo sentías el sonido de las piezas de la moto, la piel se te ponía de gallina, cambiabas la expresión de tu rostro y apretabas los dientes, porque te pones en la piel del piloto y sientes respeto y sufres con él. Cuando el polvo sigue levantado, esperas que la ambulancia no se mueva de su puesto. La carrera de los comisarios hacia el piloto te produce otra subida de adrenalina, 'Espero que no se haya hecho daño", le dices a los amigos".
 
"Todo pasaba muy rápido y la mayoría de las veces la preocupación era infundada: el piloto se levantaba, se quitaba la correa del casco y veías en sus ojos el malestar, la humillación, el dolor y a veces incluso el miedo. Pero por suerte se iba sobre sus piernas. A veces no sabes ni quién es, porque los aficionados no sólo vamos a ver carreras del mundial, también otros campeonatos menores. Sin embargo, en la tribuna, todas las carreras son iguales, emocionantes, y los pilotos héroes, desde el primero hasta el último".
 
"Lo normal era dirigir la atención al accidentado y dedicarle un aplauso. Todos levantaban las manos. El piloto levantaba el brazo para despedirse, el valor de ese gesto por parte de la tribuna tenía el significado de una amistosa palmadita en la espalda. Quien se cae puede llamarse Jorge Lorenzo o tener cualquier otro nombre, pero las sensaciones hacia el piloto no cambian, la vergüenza de haber cometido un error te come el estómado, a lo que se suma el dolor físico de la caída". 
 
"Silbar, denigrar o exultar delante de un piloto que ni siquiera se ha puesto en pie es vergonzoso, irrespetuoso, un gesto cobarde. Sucedió en las gradas de Misano lo que ocurren normalmente en San Siro".

Jorge Lorenzo protagonizó otra polémica relacionada con los pilotos durante el último Gran Premio de Catalunya. En aquella ocasión, el español acusó a los seguidores más incondicionales de Rossi de pitarle durante la entrega de trofeos.


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