 Por Alfonso Somoza @sukosomoza Google+ |
La Guardia Cívil de Tráfico ha renovado esta semana parte de su flota de coches radar con 50 nuevos vehículos equipados con dispositivos de última generación. El modelo elegido para esta ocasión es el popular Citroen C4 Picasso, adaptado para las labores policiales con un sensor en el frontal ubicado debajo del logo de la marca, además de una luz flash en la parte inferior del paragolpes delantero para mejorar la luz de las fotografías en condiciones de baja luminosidad.
Exteriormente los vehículos no presentan más señales que sirvan para identificarlos como radares móviles, ya que la parte trasera está totalmente tintada para evitar que veamos su interior cuando nos acercamos por detrás. Las antenas de largo y medio alcance también están ocultas en el interior del vehículo.
Fuentes de la Guardia Civil aseguran que el modelo de radar montado en estos C4 Picasso no es de tipo láser, y es además indetectable por los detectores de radar, prohíbidos desde la última reforma de la Ley de Tráfico. Precisamente hace dos semanas un conductor catalán fue sancionado en Sant Cugat del Vallès con 6.200 euros de multa y la retirada de nueve puntos del carnet de conducir por llevar en su coche un sistema fijo de detección de radares y un inhibidor láser. La sanción impuesta a esta conductor se divide, por un lado, en una multa de 200 euros y tres puntos por el detector, y otros 6.000 euros y seis puntos menos por el inhibidor.
Conviene recordar que la DGT ya avisa de la presencia de radares móviles en las carreteras de toda España utilizando para ello los paneles luminosos de autovías y autopistas, aunque los mensajes pueden verse durante varias decenas de kilómetros sin concretar nunca el punto exacto por el que circula el vehículo radar.
En esta foto puedes ver cómo es la parte trasera de un Citroen C4 Picasso con los cristales tintados:
