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 Por Alfonso Somoza @sukosomoza | Google + |
Hace sólo una semana, GoPro hacía oficial el lanzamiento de su propio dron, el Karma (leer noticia), la primera incursión de la firma norteamericana en un segmento que ha crecido de forma apabullante en los últimos años ofreciendo al usuario final la posibilidad de grabar vídeos aéreos con calidad semi-profesional sin complicaciones.
La respuesta del gigante chino DJI al dron de GoPro no se ha hecho esperar. Se trata del nuevo Mavic Pro, un dron de sólo 743 gramos de peso que permite plegar sus cuatro alas para poder transportarlo dentro de una mochila o anclado a un cinturón. Sus dimensiones son realmente compactas: sólo 198 milímetros de largo y 83 mm de ancho totalmente plegado, medidas que facilitan mucho su transporte.
El Mavic Pro no es un sustituto del Phantom 4, el modelo tope de gama de DJI sin entrar en drones profesionales. Se trata de una nueva opción dentro del catálogo del fabricante chino para aquellas personas que no quieran renunciar a las prestaciones casi profesionales del Phantom 4 y busquen un dron más fácil de transportar y menos voluminoso.
Es un poco más lento que el Phantom 4 (64 km/h frente a 72 km/h), pero a cambio ofrece más alcance de señal de control del dron (hasta 7 kilómetros) y más calidad en la transmisión del vídeo en directo gracias al sistema OcuSync (1080p), además de una autonomía de vuelo de 27 minutos. Su cámara es capaz de capturar vídeos en calidad 4K a 30 fps o 1080P a 96 fps, y cuenta con un sensor 1/2.3 CMOS que permite hacer fotografías de 12 megapixeles. El dron incluye una MicroSD extraíble de 16 gb para almacenar las grabaciones.
La estabilización de imagen se consigue a través de un gimbal mecánico de tres ejes, evitando así el uso de un estabilizador digital que restaría calidad a la grabación final. Gracias al uso de 24 procesadores, es capaz de seguir de forma autónoma a un objeto que nosotros marquemos en la pantalla (ActiveTrack), volar sin intervención nuestra por sectores del mapa que marquemos (TapFly) y puede detectar obstáculos en un rango de 15 metros para evitar una colisión, dándonos la opción de detenerse o bien de esquivarlo para seguir grabando.
Siempre que el dron pierda señal o esté bajo de batería, automáticamente volverá al punto de despegue gracias al uso de 20 satélites que permiten una precisión casi milimétrica. El control del Mavic Pro se realiza a través de un transmisor al que podemos acoplar un teléfono móvil y recibir señal en vídeo con calidad FullHD hasta un máximo de 7 kilómetros gracias a la tecnología OcuSync.
También existe la opción de controlarlo directamente desde el teléfono gracias a la App de DJI, aunque en este caso el rango de vuelo estará limitado por el alcance del Wi-Fi. El Mavic Pro también es compatible con las gafas DJI Googles, que nos harán vivir el pilotaje en primera persona como si estuviéramos a bordo del dron.
EL control que tendremos del Mavic Pro es total. Además de la opción ActiveTrack para seguirnos de forma automática sin necesidad de pulseras ni otros elementos (sólo seleccionando en la pantalla el objeto o persona a seguir), el Mavic Pro permite controlar el dron por gestos. Por ejemplo, si levantamos los brazos nos seguirá automáticamente, o tomará una foto cuando se lo indiquemos con las manos. También podemos elegir el modo Tripod, que mantenderá el dron totalmente estable permitiendo movimientos muy precisos para conseguir el encuadro deseado.
En definitiva, con el Mavic Pro DJI ha conseguido un dron fácil de transportar, con una cámara capaz de grabar vídeos en 4K estabilizados y un control prácticamente autónomo, dejando que sea el propio dron el responsable de grabar mientras nosotros disfrutamos de nuestra afición favorita. Su precio es de 1.199 euros.
Aquí tienes su vídeo oficial de presentación, puedes activar los subtítulos en inglés pulsando en la rueda dentada:
